Mientras tanto, hay indicios para suponer que, además, Estados Unidos va a entregar el control de la localidad de Manbij al ejército turco.
Debemos empezar a pensar en lo que van a hacer después con las fuerzas del PKK/YPG y su ridículo “confederalismo”, porque hay algo absolutamente seguro: sus “aliados” imperialistas del Pentágono no van a acudir en su apoyo.
Por lo que les concierne, los kurdos del PKK/YPG también deberían pensar: ¿con qué clase de “aliados” nos hemos juntado?, ¿creían que el imperialismo les agradecería el papel de lameculos que han desempañado?, ¿creían que iría en su ayuda? Pues ya lo han visto: quien ha ido en su ayuda son los mismos de siempre, el ejército regular sirio, aunque las fuerzas que han enviado hasta ahora desde Damasco no van a ser suficientes.
Tomen nota y, mientras tanto, volveremos a oir lamentaciones, lágrimas, y denuncias sobre lo malo que es Erdogan, los turcos y sus satélites en el norte de Siria. Las culpas de los demás sirven para esconder las nuestras, en este caso, las de los kurdos.
Cuando se habla de Rojava y sus plañideras de Europa occidental siempre hay un recurso fácil: la desproporción de fuerzas, el fuerte y del débil… Sirve para hacer victimismo y no falla casi nunca, a pesar de que está demostrado que la desproporción de fuerzas (militares) nunca ha servido por sí misma para ganar una guerra, sobre todo si es una guerra popular, como debería ser la que han emprendido los kurdos.
Podíamos poner el ejemplo de Vietnam, donde no ganaron los que más fuerza tenían, pero los kurdos tienen un ejemplo más cercano que les demuestra su error, Hezbollah, que ya ha ganado una importante batalla a Israel.
Los kurdos tienen otro ejemplo delante de sus narices: el ejército regular sirio está a punto de aplastar a los yihadistas en la Guta oriental después de seis años de guerra, lo que marca el principio del fin (al menos de momento).
Siria no negociará el futuro de Afrin con los kurdos, como éstos creían; lo negociará con Turquía, y las conversaciones se harán a costa de los intereses del PKK/YPG, una vez más.
Las legítimas aspiraciones nacionales de los kurdos están muy lejos del alcance del PKK/PYG, que simpre da muestras de mucho coraje y muy poca cabeza. Frente a un enemigo muy superior, la cuestión de las alianzas se torna fundamental y los nacionalistas kurdos siempre se han puesto en manos de sus peores enemigos.
Sí, ahora toca llorar por Afrin, por Kurdistán y por el PKK/YPG, pero esperemos que, además, de llorar sepamos rectificar… a tiempo.