China se rearma más rápidamente que las demás potencias, hasta el punto de que en determinadas áreas, comom la aeronáutica, ya ha alcanzado la paridad con países como Gran Bretaña o Francia.
El director del Instituto, John Chipman, afirma que la superioridad tecnológica, que se daba por sentada, ya no es tan evidente. Chipman realizó sus declaraciones el martes en Londres, al presentar al Informe sobre el equilibrio estratégico en el mundo.
Desde 2012 los presupuestos militares en Asia crecen a un ritmo del 5, e incluso del 6 por ciento, mientras que el resto del mundo el año pasado sólo crecieron un 0,4 por ciento como consecuencia de la caída del precio del petróleo, que ha rebajado los presupuestos militares de los países de Oriente Medio.
Un tercio de los gastos militares del continente asiático son chinos, lo que hace un volumen de 145.000 millones de dólares el año pasado, una cifra que aún queda muy lejos de los 600.000 millones de Estados Unidos, pero que es superior a los de Rusia, que gasta 60.000 millones, Gran Bretaña, con 52.000 millones y Francia con 47.000.
En China el gasto militar tiene una clara vocación por la independencia tecnológica, hasta ahora dependiente de la rusa, y también ha empezado a exportar armamento al exterior con el objetivo de crear una industria de guerra. Ya es el tercer exportador de armas, por delante de Francia, Alemania y Gran Bretaña.
El 6 por ciento de la exportación mundial de armas es de origen chino, siendo sus destinatarios países como Pakistán, Bangladesh y Birmania, todos ellos vecinos de India, el mayor importador de la región. Al margen de la artillería ligera, las exportaciones chinas de armamento ha crecido un 88 por ciento desde 2005, según cifras del Instituto de Estocolmo de Investigaciones para la Paz.
La creación de una industria propia es la base para lograr la independencia bélica y la reducción de compras a otros países. Ha desaparecido uno de los rasgos característicos que desde comienzos de siglo presentaba el mercado mundial de armamento, donde China era era el mayor importador. Ahora es el tercero, después de India y Arabia saudí.
La gran asignatura pendiente del ejército chino es la Marina de Guerra, para lo cual está invirtiendo masivamente en la fabricación de buques y submarinos. Es otro signo de los tiempos: su abrumadora presencia en los mercados mundiales está huérfana, tanto de presencia militar, como de protección de las rutas de abastecimiento, un auténtico talón de Aquiles en el Estrecho de Malaca y en el Mar de China Meridional.