Según la agencia Sana, los soldados acompañaron a cuatro dirigentes irakíes del Califato Islámico que vivían escondidos en un refugio de la localidad y los llevaron hasta los helicópteros, que empredieron un rumbo desconocido.
El 26 de febrero otros dos helicópteros de Estados Unidos aterrizaron en la zona de Twaimin, al sureste de la ciudad de Al-Shadadi, transportando a un número indeterminado de terroristas del Califato Islámico hasta la base de Sabah Al-Kheir, a 20 kilómetros al sur de Hasaka, que las fuerzas estadounidenses utilizan como centro de entrenamiento de los grupos yihadistas.
Además, Estados Unidos y Turquía han evacuado de la Guta oriental a los yihadista extranjeros que combatían en las filas de Al-Qaeda (Tahrir Al-Sham Hayat) para trasladarlos a Idlib. Muchos de ellos son agentes de la inteligencia militar de ambos países y de otros, como Israel, Arabia saudí, Gran Bretaña, Francia…
El rápido avance del ejército regular en la zona no sólo pone sus vidas en riesgo sino que puede destapar su intervención en la guerra y en la dirección de las organizaciones terroristas.
El centro de mando del Pentágono se apresuró a evacuar a los militantes aliados y a los agentes que operaban para Israel, Jordania y la OTAN en la región.
Aunque el gobierno de Ankara se ha declarado dispuesto a ayudar en la evacuación de los terroristas de Al-Qaeda (Tahrir Al-Sham Hayat) para trasladarlos a Idlib, lo que realmente quiere es salvaguardar a sus fuerzas especiales, que combaten en las filas de los terroristas.
Estados Unidos ha dirigido a Jeysh Al-Islam, Faylaq Al-Rahman y otros grupos terroristas para evacuar a la población hacia zonas más seguras para que los espías extranjeros pudieran salir camuflados de la ratonera.
El servicio de inteligencia turco los está enviando a las base militares que el Pentágono tiene en Al-Tanf y en Rojava.
Desde el 15 de marzo, 960 espías extranjeros ya han sido trasladados a estas bases después de que se permitiera la evacuación de civiles y la entrada de los terroristas y espías.
La inminente caída de los barrios del este de Damasco también ha frustrado los planes de Estados Unidos e Israel para llevar a cabo una ofensiva contra la capital siria y colapsar al gobierno.
La sala de operaciones del Pentágono en la base de Al-Tanf ordenó el cese de las operaciones tras el derrumbe de Al-Nashabiyeh y Al-Mohammadiyeh en los primeros días de la ofensiva de la Guta oriental.
Del mismo modo, el Centcom instó a sus fuerzas a retirarse de los barrios cercanos a Damasco hacia Arabayn, Zamalka y la Duma antes de que la Guta quedara dividida en tres zonas aisladas.
Ahora desde Rojava Estados Unidos planea organizar un ataque en las provincias más al este, entre Homs y Deir Ezzor.
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