En su alegato el fiscal Juan Manuel Pettigiani había pedido penas considerablemente menores. Las querellas consideraban que estaba probada la existencia de una organización nazi y habían solicitado condenas de hasta 15 años de prisión.
Este juicio significa la primera condena a un grupo que en democracia realizó violentos ataques motivados en crímenes cometidos por la ideología nazi, la intolerancia y el odio.
La lectura completa de la sentencia se hará el próximo 10 de mayo, aunque el presidente del Tribunal, Roberto Falcone, dio los principales argumentos para entender cómo llegaron a su conclusión.
Falcone criticó al fiscal, quien en su alegato no consideró que estaba probada la existencia de una agrupación criminal amparada en la ideología nazi y remarcó que tanto las golpizas, las amenazas, como los ataques adhieren a “un plan común” en el que, claramente, los condenados se sienten identificados y forman parte.
Para el presidente del Tribunal Federal, durante el debate oral la defensa y la fiscalía presentaron “un falso escenario”, en el que situaron estos delitos de odio como una confrontación entre “tribus urbanas” por la disputa del espacio público.
“La interpretación del fiscal es errónea. Los delitos realizados por los acusados incitan al odio, a la discriminación, la violencia, todos estos sentimientos destructivos del orden social y democrático”, consideró el juez.
“Son delitos que incitan al odio, a la violencia. Son delitos peligrosos para la sociedad, que envenenan el clima social y ponen en peligro el sistema de convivencia”, expresó Falcone, quien destacó que las víctimas no fueron elegidas al azar, sino por ser parte de colectivos vulnerables y minoritarios.
“El derecho jamás puede tratar al odio con benevolencia. En este sentido la incitación al odio hacia determinados grupos definidos crea un peligro cierto de generar un clima de violencia u hostilidad”, remarcó Falcone.
El juez explicó que el Estado “castiga a los intervinientes en este tipo de agrupaciones, porque si se espera que los integrantes de estas agrupaciones pasen a la acción el Derecho Penal llega demasiado tarde”.
“Debemos interpretar estos delitos en el contexto social actual. En este contexto se denominan delitos de pertenencia, de status”, dijo Falcone y, ante esta situación es que aseguró que “la organización ya supone una amenaza a la sociedad normativa”.
“La pertenencia a la organización se castiga con independencia a los hechos que se puedan cometer en el futuro”, explicó antes de dar a conocer las condenas.
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