El gobierno ha querido preservar a la capital de la llegada de población procedente de barrios y localidades cercanas. Para imponer el confinamiento la policía ha establecido controles en las carreteras que impiden la circulación de vehículos.
“Ha habido cinco muertes en Coyah y una en Dubreka”, dos prefecturas cercanas a Conakry, donde los manifestantes protestaban contra los controles de la policía que bloquean la circulación en las carreteras para aislar a la capital, dijo el portavoz de la policía, el mayor Mory Kaba.
Una de las víctimas es una mujer embarazada. Todas las víctimas han sido asesinadas por disparos de armas de fuego realizadas a quemarropa.
En Coyah, los manifestantes saquearon las comisarías de policía y de la gendarmería, según Kaba.
En Kamsar, cerca de la ciudad minera noroccidental de Boké, una persona murió cuando los manifestantes protestaban “contra los cortes de luz”, según la misma fuente. La víctima fue “asesinada a tiros”, dijo una fuente médica.
Es falso que los vecinos protestaran contra los cortes de electricidad. Para paliar el descontento por el toque de queda, el gobierno ha concedido tres meses de electricidad gratis y el consumo ha causado cortes de suministro, incluso en la capital.
En Coyah y Dubreka la policía y la gendarmería han impuesto controles de carretera para evitar que los vecinos de los barrios y localidades cercanas viaje por la carretera que lleva a Conakry, que es el lugar de trabajo de muchos habitantes de ambas prefecturas.
En definitiva, el confinamiento se ha impuesto con el único propósito de aislar a las clases dominantes de la capital, de los trabajadores que viven en los suburbios.
Anoche un camión militar se dirigió hacia Coyah para que los soldados reforzaran a la policía local.
A fecha de hoy en Guinea se atribuyen 11 muertes al coronavirus. Si los disturbios se reproducen, pronto el remedio será peor que la enfermedad.
Manifestación contra el confinamiento en Friguiadi |