El domingo el ejército burkinés logró acabar con más de 400 terroristas durante una contraofensiva decisiva en Djibo, al norte del país. La localidad fue escenario de un enfrentamiento de rara intensidad. Según los militares burkineses, una columna de cerca de 3.000 terroristas, decidida a tomar el control de esa localidad estratégica, lanzó un ataque masivo y coordinado.
La respuesta del ejército regular no se hizo esperar. Los soldados entablaron un combate despiadado contra los atacantes. Los enfrentamientos alcanzaron su punto culminante cerca del campamento militar local, transformando la zona en un verdadero campo de batalla. El uso combinado de tropas terrestres y apoyo aéreo jugó un papel crucial en el giro de los acontecimientos, infligiendo una severa derrota a los atacantes.
Los resultados provisionales de esta contraofensiva son elocuentes: más de 400 terroristas fueron eliminados. La estimación, basada principalmente en los cadáveres encontrados alrededor del campamento militar y en la propia ciudad, aún está sujeta a cambios. Actualmente las autoridades están realizando un censo de los terroristas eliminados durante su huida por los paisajes salvajes de los alrededores.
No obstante, según algunas fuentes los daños materiales y humanos son enormes para ambas partes.
La situación en Djibo sigue siendo tensa y se mantiene el estado de alerta al más alto nivel. Tanto los militares como los civiles permanecen vigilantes, listos para responder a cualquier nueva amenaza.
La victoria, si bien es significativa, es sólo un capítulo más en la lucha en curso contra el terrorismo en la región, que ha necesitado de la salida de las tropas franceses para ponerse en marcha.