Es otro indicador del declive industrial de Europa: en febrero del año que viene la empresa automovilística Audi va a cerrar definitivamente la fábrica de Bruselas, advierte el periódico alemán Kronen Zeitung (*).
“En Bruselas 3.000 trabajadores construyen un único modelo: el SUV eléctrico Q8 e-tron, que no es precisamente un éxito de taquilla y que se ha visto sometido a una presión cada vez mayor desde el lanzamiento de modelos más modernos como el Q6 e-tron”, subraya este medio de comunicación.
El Q8 e-tron (entonces simplemente llamado e-tron) marcó el inicio de la movilidad eléctrica para Audi en 2018 y tuvo un gran éxito en todo el mundo durante muchos años, pero la demanda se ha desplomado recientemente.
“Llevamos mucho tiempo discutiendo un cierre anticipado de la producción; el momento llegará el 28 de febrero de 2025”, concluye el Kronen Zeitung. “Los trabajadores afectados están en las barricadas y han colocado neumáticos incendiados de coches frente a la fábrica durante las manifestaciones”.
Tras la transferencia de acciones de los accionistas minoritarios el 16 de noviembre de 2020, Audi, que es una filial de Volkswagen, opera instalaciones de producción en Europa, América y Asia.
Además, como ya hemos anunciado, Volkswagen quiere cerrar completamente al menos tres fábricas en Alemania.
La única posbilidad del holding es que China compre la fábrica. “Actualmente se están concretando las negociaciones con un posible inversor que se haría cargo de las instalaciones”, añade el Kronen Zeitung.
Pero es una operación difícil porque ese “posible inversor” es China, un país con el que Bruselas mantiene una disparatada guerra comercial, subiendo los aranceles a las importaciones procedentes del país asiático, que a su vez ha respondido restringiendo las exportaciones de capital a Europa.
Si el declive industrial de Europa tiene alguna solución, no va a proceder de Pekín, que cada vez da más muestras de que están hartos de las camarillas de ineptos que pululan por Bruselas.
Otro gigante del automóvil que se hunde: Stellantis
Volkswagen no es un caso aislado. Otro monopolio automotriz, Stellantis, está en la misma situación. Se formó en 2021 a partir de la fusión de numerosas marcas comerciales: Fiat, Chrysler, Peugeot, Opel, Lancia, Citroen, Alfa Romeo… Las fábricas del holding padecen una fuerte crisis de superproducción. Producen poco y venden menos.
En Europa funcionan al 80 por cien de su capacidad productiva desde hace años. Es el caso de la fábrica Mirafiori de Turín, que cerró durante dos meses hasta hoy. Según los sindicatos italianos, debería producir 20.000 unidades este año, una quinta parte de su capacidad. El 18 de octubre, los sindicatos se declararon en huelga en Italia para protestar contra esta caída de la producción. Los volúmenes de fabricación cayeron un tercio más allá de los Alpes durante los primeros nueve meses de este año, según la federación metalúrgica FIM-CISL. “Se trata de la peor cifra desde 1956”, según su secretario general, Ferdinando Uliano, que espera una “producción inferior a 500.000 vehículos” este año, frente a los más de 751.000 en el anterior.
En las últimas semanas Stellantis no ha parado de acumular malas noticias. En septiembre la cuota de mercado del grupo cayó en Europa hasta el 13 por cien, cuando en 2019 era del 22 por cien. Ayer admitió una nueva caída de su facturación. Las matriculaciones de vehículos nuevos de Stellantis cayeron un 6 por cien en total durante nueve meses en Europa. La cuota de mercado ha alcanzado un mínimo histórico.
Al otro lado del Atlántico la situación no es mejor. En Norteamérica, entregó casi 170.000 vehículos menos a la red de concesionarios en el tercer trimestre de este año.
(*) https://www.krone.at/3575520