Según el informe, la capacidad instalada en energía renovable (excluyendo las grandes centrales hidroeléctricas) se habrá cuadruplicado -de 414 a 1.650 gigavatios (GW)- cuando culmine esta década.
Solo la energía solar atrajo 1.300 millones de dólares, la mitad de todas las inversiones. A fines de este año la capacidad habrá crecido de 25 GW a principios de 2010 a 663 GW, una cantidad suficiente como para abastecer a aproximadamente 100 millones de hogares promedio en Estados Unidos durante un año.
La energía renovable generó 12,9 por ciento de la electricidad en 2018, por encima de 11,6 por ciento en 2017. Si se incluyen todas las tecnologías de generación (fósiles y libres de carbono), al final de la década se habrá instalado una capacidad neta de 2.366 GW. La fuente solar encabezó esta expansión, con 638 GW instalados, seguida por el carbón (529 GW), y el viento y el gas en tercer y cuarto lugar (487 GW y 438 GW, respectivamente).
La competitividad de los costos de las energías renovables también aumentó drásticamente durante la década. El costo nivelado de la electricidad (un indicador que permite la comparación de diferentes métodos de generación de electricidad de manera consistente) ha disminuido 81 por ciento desde 2009 en el caso de la energía solar fotovoltaica y 46 por ciento en el de la energía eólica terrestre.
La inversión mundial en capacidad de energías renovables alcanzó 272.900 millones de dólares en 2018, tres veces más que los fondos destinados a la capacidad de generación con carbón y gas.
Si bien la cuantía fue un 12 por ciento menor a la del año anterior, por noveno año consecutivo se excedió el umbral de los 200.000 millones de dólares y por quinto año consecutivo se superaron los 250.000 millones de dólares.
La cifra de 2018 se logró a pesar de las continuas caídas en el costo de capital de los proyectos solares y eólicos, y un cambio de política que afectó el respaldo financiero en China en la segunda mitad del año.
En 2018 se alcanzó un récord de 167 GW de nueva capacidad de energía renovable, frente a los 160 GW en 2017.
“Las fuertes caídas en el costo de la electricidad proveniente de la energía eólica y solar en los últimos años han transformado la elección que enfrentan los responsables de políticas. Estas tecnologías siempre fueron bajas en carbono y relativamente rápidas de construir, pero ahora, en muchos países, las energías eólica o solar son también la alternativa más barata”, dijo Jon Moore, director ejecutivo de Bloomberg Finance.
El informe también rastrea otras inversiones no relacionadas con la capacidad en energías renovables, como el dinero destinado a empresas tecnológicas y especializadas.
La investigación y el desarrollo de gobiernos y empresas aumentaron 10 por ciento, a 13.100 millones de dólares, mientras que el capital recaudado por las empresas de energía renovable en los mercados públicos fue 6 por ciento más alto (6.000 millones de dólares), y el capital de riesgo y la inversión de capital privado aumentó 35 por ciento, a 2.000 millones de dólares.
Si se consideran estas categorías, además de la creación de nueva capacidad, la inversión total en energía renovable llegó a 288.300 millones de dólares en 2018, 11 por ciento menos que la cifra récord de 325.000 millones de dólares alcanzada en 2017.
“Las tecnologías de la energía eólica, solar o geotérmica están disponibles, son competitivas y limpias. Dentro de 10 años, Alemania producirá dos tercios de su energía con base en fuentes renovables. Estamos demostrando que un país industrial puede eliminar el carbón y al mismo tiempo la energía nuclear sin poner en riesgo su economía”, dijo Svenja Schulze, ministra de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania.
“Sabemos que las energías renovables tienen beneficios tanto climáticos como económicos. Pero no estamos invirtiendo lo suficiente para descarbonizar a tiempo los sectores de energía, transporte y calefacción, y limitar el calentamiento global a 2˚C – o idealmente a 1,5˚C-. Si queremos lograr un futuro seguro y sostenible, tenemos que hacer mucho más ahora en términos de crear un entorno regulatorio y una infraestructura que permitan la inversión en energías renovables”, añadió Schulze.
“Es importante ver que las energías renovables se están convirtiendo en la primera opción en muchos lugares”, dijo Nils Stieglitz, presidente de la Escuela de Finanzas y Administración de Frankfurt. “Ahora tenemos que pensar más allá de la ampliación de las renovables. Desinvertir en carbón es otro de los asuntos dentro del amplio campo de las finanzas sostenibles. Los inversores se preocupan cada vez más porque sus acciones tengan sentido en el contexto de un futuro sostenible y bajo en carbono”, agregó.
China ha sido, con mucho, el mayor inversor en capacidad de energías renovables durante esta década, con un balance de 758.000 millones de dólares entre 2010 y la primera mitad de 2019. Le siguen Estados Unidos, con 356.000 millones, y Japón, con 202.000 millones.
Los países de Europa, en su conjunto, destinaron 698.000 millones de dólares a la capacidad en renovables durante el mismo período, con Alemania en cabeza (179.000 millones), seguida por Reino Unido (122.000 millones).
Si bien China siguió siendo el mayor inversor individual en 2018 (con 88.500 millones, 38 por ciento menos que en 2017), el año pasado la inversión en capacidad de energía renovable se extendió más que nunca: 29 países destinaron más de 1.000 millones de dólares cada uno, frente a los 25 de 2017 y los 21 de 2016.