Las operaciones secretas del espionaje británico para apoyar a los terroristas sirios durante la guerra (3)

En el otoño de 2013 Gran Bretaña reorientó su campaña de apoyo a los terroristas sirios. Según el periódico The Guardian, el gobierno británico proporcionó 2,4 millones de libras esterlinas (unos 2,75 millones de euros) a empresas privadas de mercenarios para prestar apoyo estratégico a los medios de comunicación de los grupos que combatían en Siria.

Jaysh Al-Islam (Ejército del Islam), una coalición formada por unas 50 facciones yihadistas financiada por Arabia Saudí, fue uno de los grupos clasificados por Gran Bretaña como parte de la “oposición armada moderada”.

A finales de 2013 el espionaje británico y estadounidense se reunió en secreto en Ankara con los dirigentes de algunos grupos yihadistas para forjar una nueva alianza entre ellos. El diario Telegraph señaló que durante las discusiones, los terroristas exigieron la creación de un Estado confesional gobernado por la shariá, mientras las fuerzas laicas iban perdiendo terreno.

Aunque no sabemos con qué grupos yihadistas se reunieron los espías británicos, parece que en aquel período surgió una nueva coalición, el Frente Islámico, que incluía a Jaysh Al-Islam y Ahrar Al-Sham, que cooperaron regularmente con el Frente Al-Nosra y el Califato Islámico hasta enero de 2014. El cofundador de Ahrar Al-Sham, Abu Jaled Al-Suri, fue representante de Al-Qaeda en Siria antes de ser asesinado en febrero de 2014; una serie de transferencias de dinero y contactos personales le relacionan con los atentados de Atocha de 2004.

Durante los primeros años de la guerra las operaciones secretas británicas y estadounidenses estaban centradas en derrocar a Assad. Estados Unidos comenzó sus ataques aéreos contra el Califato Islámico en Siria en septiembre de 2014. No he encontrado ninguna prueba del entrenamiento británico de la oposición siria para combatir al Califato Islámico hasta mayo de 2015, cuando Londres envió 85 soldados a Turquía y Jordania para entrenar a los terroristas en la lucha contra Assad.

En julio de 2015 Gran Bretaña estaba entrenando sirios en Arabia Saudí, Turquía, Jordania y Qatar para luchar contra el Califato Islámico, pero la guerra contra Assad continuaba.

Durante varios años las operaciones desplegadas por los británicos con sus aliados en Siria incluyeron la creación y el apoyo a grupos yihadistas. En 2016 el antiguo embajador británico en Siria, Peter Ford, dijo a una comisión parlamentaria de investigación que la existencia de grupos “moderados” en la oposición armada era “en gran medida imaginaria”.

Aunque el “Ejército Libre de Siria” tenía algunas unidades laicas, fue un aliado de hecho del Califato Islámico hasta finales de 2013 y colaboró con dicha organización en el campo de batalla hasta 2014, a pesar de las tensiones entre ambos grupos. “Tenemos buenas relaciones con nuestros hermanos en el Ejército Libre de Siria”, dijo Abu Al-Atheer, dirigente del Califato Islámico en 2013 tras comprarles sus armas.

(Extractos del libro “Secret Affairs: Britain’s Collusion with Radical Islam” publicado este año por Mark Curtis)

Abu Jaled Al-Suri, representante de
Al-Qaeda en Siria y fundador de Ahrar Al-Sham, relacionado con los atentados de Atocha de 2004

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