En contra de un principio básico sobre la neutralidad de la red, el 14 de setiembre Facebook llegó a un acuerdo con Israel para la vigilancia de los contenido que insertan los palestinos en sus perfiles.
En virtud del acuerdo, la multinacional informática ha accedido al 95 por ciento de las exigencias israelíes de eliminación de cuentas palestinas, lo cual ha desatado un enorme revuelo en las redes sociales, sobre todo en el mundo árabe.
Entre las cuentas censuradas está la televisión Palestine Lelhawar, que emite desde Gaza, así como varias universidades. Uno de los trabajadores de la cadena Lelhawar denunció que Facebook llevaba semanas amenazando con eliminar la cuenta del canal, que contaba con más de un millón de seguidores, que se redujeron a 145.000 tras la censura de la red social.
El domingo un grupo de usuarios lanzó una campaña de boicot a Facebook para protestar contra su servilismo hacia Israel. En Twitter la campaña duró dos horas. Los participantes utilizaron el hashtag #FBCensorsPalestine y alcanzaron más de 300 millones de impresiones.
Ayer Facebook amenazó a la Asociación de Ulemas argelinos por una publicación que consideran “indeseable”. Se trataba de un mapa geográfico de los territorios palestinos ocupados con una aclaración: que formaban parte de Palestina y no de Israel.
Cuando en 2012 murieron diez niños palestinos en un accidente de tráfico en Ramala al chocar el autobús en el que viajaban con un camión israelí que trasladaba combustible, las cuentas israelíes en Facebook se llenaron de comentarios festejando y burlándose de las muertes, uno de los espectáculos más sucios que se han podido ver en la historia de las redes sociales.
Entonces Facebook no censuró las cuentas abiertas por los sionistas, que en todas partes disfrutan de patente de corso, como el propio Estado de Israel.