El informe refiere los abusos sexuales y “sodomía” cometidos por la soldadesca gala contra niños a los que califica como “hambrientos y abandonados”. Las violaciones se cometieron en un centro de acogida de la capital africana en el que se refugian los niños que huyen de las zonas de guerra.
Los hechos consignados por la ONU y la UNICEF se cometieron el año pasado. A cambio de los contactos sexuales, los soldados franceses ofrecían alimentos a los niños. El periódico británico narra el horror imperialista con relatos de los propios niños a la ONU y la UNICEF.
“Los niños pudieron suministrar una buena descripción de los soldados implicados”, dice The Guardian. “Un niño de 11 años dice haber sido violado mientras salía en busca de alimento. Otro de 9 años describe una agresión sexual cometida contra uno de sus amigos por dos soldados franceses en el campo de refugiados mientras regresaban de un puesto de control para encontrar algo para comer”.
La revelación del informe confidencial ha supuesto la destitución hace unos días de Anders Kompass, un alto dirigente de la ONU. Según The Guardian fue la persona que filtró el informe al gobierno francés. Su objetivo era involucrarles en los hechos, ya que la ONU ha reconocido que es incapaz de detener estos graves crímenes contra la infancia.
Parece ser que el gobierno francés ha iniciado una investigación interna y reservada.
La presencia del ejército francés en la República Centroafricana se remonta a diciembre de 2013 y lleva el nombre de Operación Sangaris. Tenía por objeto desencadenar un golpe de Estado que desalojara del poder al anterior gobierno, que mantenía buenas relaciones con Gadafi y había firmado un acuerdo económico con China. Constituye la séptima intervención militar directa en el aquel país desde que en 1960 obtuvo la independencia por vez primera.
Es que sus madres los visten como guarros, van provocando y los soldados no son de piedra.