Villarejo: un comisario de policía pluriempleado y millonario (1)

El comisario Villarejo se ha hecho famoso por sus conversaciones televisadas con el presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid Ignacio González para negociar el chanchullo del ático de Marbella.

Villarejo acudió a su entrevista con Ignacio González en compañía de Enrique García Castaño, jefe de la policía antiterrorista, exactamente una semana después de que el PP ganara las elecciones generales.

Hay otras facetas interesantes de su biografía que no son tan conocidas. En época de paro este policía compagina su trabajo como policía con una actividad capitalista que se reparte en 12 empresas privadas, y cuyo capital social asciende a 16 millones de euros.
La actividad capitalista del comisario Villarejo se remonta a principios de los años noventa, cuando aún era un capitalista muy modesto. En los últimos 22 años dicho capital se ha multiplicado de forma exponencial.
A pesar de su régimen de incompatibilidades, las empresas de Villarejo incluyen servicios jurídicos y de asesoría, agencias de colocación de artistas, intermediarios de comercio, parque de recreo y otros servicios relacionados con el espectáculo, consulta y asesoramiento sobre dirección y gestión empresarial, hospitales y clínicas sanitarias de medicina humana, explotación de ganado caballar, instalaciones deportivas, promoción inmobiliaria…
En sus empresas Villarejo participa junto a su actual esposa, Gemma Alcalá Garcés, y el abogado Rafael Redondo Rodríguez, un entramado capitalista en el que el comisario figura como presidente o administrador único de 12 sociedades que suman un capital social superior a los 16 millones de euros.

En 1994 el Ministerio del Interior le encargó el «Informe Veritas» para desacreditar a periodistas y empresarios y vincular al juez Baltasar Garzón con orgías con prostitutas y relaciones con narcotraficantes, justo cuando investigaba la trama de los GAL.

También estuvo vinculado al traficante internacional de armas Monzer Al Kassar, detenido en España y extraditado a Estados Unidos. Al Kassar era un confidente del CNI y Villarejo declaró en la vista de extradición como testigo a petición del defensor del traficante.

Luego estuvo 10 años de excedencia en la policía. Trabajó como detective privado para la Iglesia de la Cienciología. La Audiencia Provincial de Madrid le condenó por simulación de delito, denuncia falsa y detención ilegal. El fallo recogía que había implicado de manera falsa a un toxicómano y al responsable de la asociación Dianética en un robo que no habían cometido, por encargo de la Cienciología.

Después de aquel chanchullo el Ministerio del Interior le pidió que volviera como agente encubierto en régimen de excedencia especial y a cambio le autorizaron a mantener sus negocios. Confiesa que ha puesto al servicio de la policía alguna de sus empresas para realizar acciones de investigación dentro y fuera de España.

El año pasado le concedieron de la Medalla al Mérito Policial con Distintivo Rojo porque Villarejo no es un policía cualquiera. Ha ocupado diversos cargos de responsabilidad dentro de la policía. Desde enero de 2011 está destinado en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la policía. Entonces gobernaba el PSOE y Rubalcaba era ministro del Interior. La decisión de implicarle en la investigación del origen del ático de González en Estepona fue adoptada por el director operativo de la época, el ya fallecido Miguel Ángel Fernández Chico, policía elegido por los socialistas para dirigir el Cuerpo en la etapa de Zapatero.

En la actualidad se encuentra en excedencia como agente encubierto, es decir, que es policía pero parece que no, o al revés: no es policía pero parece que sí.

El problema es que por ley el trabajo de policía es incompatible con el de vigilante jurado, es decir, con participar en empresas privadas de investigación, o dicho de otra manera: que para la policía el mantenimiento de la ley empieza con la burla de la ley.

Pero en España la ley es una tomadura de pelo que está para que la cumplan los demás. Por eso Villarejo no es un policía cualquiera sino un jefe condecorado, a pesar de que no está en activo… o quizá si… No se sabe.

Si sus jefes le permiten compatibilizar lo incompatible y le premian es porque tiene muy poderosos padrinos más allá de la policía. A esos padrinos hay que buscarlos en su actividad paralela como agente encubierto, o sea, como espía, lo cual es otro pluriempleo más: policía, agente encubierto, capitalista… ¿De dónde saca el tiempo este comisario?

comentario

Los comentarios están desactivados.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo