El nuevo gobierno sudafricano, encabezado por el presidente Cyril Ramaphosa, se ha comprometido a devolver las tierras de propiedad de los agricultores blancos desde el siglo XVII a los ciudadanos negros que residen en el país.
El gobierno lo justifica como una manera de poner fin a lo que llama “el legado del apartheid”, con la mayor parte de la tierra de Sudáfrica todavía en manos de su población minoritaria blanca.
Entre 2016 y 2017 se produjeron 74 asesinatos de agricultores y 638 ataques en Sudáfrica, principalmente contra agricultores blancos.
“Es un asunto de vida o muerte: hay ataques contra nosotros. Hasta el punto de que los dirigente políticos alimentan una ola de violencia”, dijo uno de los colonos, Adi Slebus. “El clima aquí [en Stavropol] es templado, y esta tierra fue creada por Dios para la agricultura. Es todo muy atractivo”, explicó a la television rusa.
Los agricultores están dispuestos a contribuir al creciente sector agrícola de Rusia, según Rossiya 1. Las familias bóers están dispuestas a pagar hasta 100.000 dólares para alquilar la tierra.