“Si no hay empleo suficiente para todos o este no es de calidad, los hogares solo pueden salir de la pobreza a través de la protección social, pero en el caso de España la inversión es muy escasa y no se distribuye de manera equitativa. Tan solo una de cada tres familias en situación de pobreza recibe la prestación por hijo a cargo, de 24,25 euros al mes, que es del todo insuficiente para cubrir las necesidades”, explicó Andrés Conde, director general de “Save the Children”.
España es uno de los países industrializados con una de las más altas tasas de pobreza infantil, según un estudio realizado en 29 países por la Oficina de Investigación de Unicef.
El documento “Los niños de la austeridad” (Children of austerity) presentado en abril pasado por Unicef indicó que España es el tercer país de la Unión Europea que tiene las tasas más altas de pobreza infantil (40 por ciento).
El informe resalta que las políticas de recortes implementadas por el gobierno español ante la crisis no han disminuido la pobreza entre los niños. Los recortes en materia de salud, educación y servicios públicos han afectado directamente a la población infantil.
El pasado 6 de octubre el gobierno español vetó la aprobación de una proposición de ley para erradicar la pobreza infantil que proponía aumentar progresivamente la prestación por hijo a cargo de 291 euros anuales hasta los 1.200.
La tasa de privación material de los menores se mide por la falta de al menos tres conceptos de entre estos nueve: no poder pagar la hipoteca o el alquiler, poder afrontar la calefacción, hacer frente a pagos inesperados, comer proteínas regularmente, tener televisión, lavadora, coche y teléfono.
Los indicadores destacan un fuerte aumento de las privaciones materiales del 15,6 por ciento al 19,4 por ciento que numerosas organizaciones caritativas encubren aludiendo a que la pobreza no es un realidad sino un “riesgo” o hablando de “pobreza energética”.
Con la firma de la Estrategia Europa 2020, la Unión Europea también se comprometió a disminuir la pobreza, pero las prioridades del capital siempre son a costa del incremento de la miseria de los explotados, de sus familiares y de sus hijos.