Los sindicatos, que representan a más de 130.000 trabajadores en más de 200 empresas pertenecientes a los sectores automotriz, de electrodomésticos y del hierro y acero, fijaron para el 2 de febrero el inicio del paro y su duración dependerá de la evolución de los acontecimientos, según anunció el MESS.
La negociación colectiva sectorial en la industria metalúrgica turca se inició en octubre del año pasado, entre los tres sindicatos Birlesik Metal-Is, Celik-Is and Türk Metal y MESS, la Asociación de Empleadores de la Industria del Metal.
La oferta del MESS incluye un aumento salarial del 6,4 por ciento para los próximos de tres años, además de un aumento de 12,8 por ciento en beneficios sociales, propuestas que fueron rechazadas por la patronal del sector.
La industria del metal en Turquía se caracteriza por bajos salarios, muchas horas de trabajo, elevados índices de accidentes laborales y beneficios escandalosos. Según la investigación realizada por Birlesik Metal-Is, debido a los bajos salarios en la industria, el 85 por ciento de los trabajadores metalúrgicos están endeudados.
En Turquía las huelgas, las manifestaciones y las protestas callejeras son más habituales que las cinco llamadas diarias a la oración. En mayo y junio de 2015 las protestas se generalizaron, pero la última gran ola de movilizaciones se produjo dos años antes, tras el violento desalojo de una acampada contra la destrucción del parque Gezi, en el centro de Estambul.
Al menos cuatro personas murieron, miles de manifestantes resultaron heridos y la represión policial llevó a unos 500 detenidos a las comisarías.