James O’Keefe, del Proyecto Veritas |
Las grabaciones las registró en secreto en 2009 una fuente anónima durante una estancia en la sede de la cadena en Atlanta. Aún no se ha podido analizar detalladamente todo el material grabado, aunque el Proyecto Veritas ha iniciado el estudio asegura que se ha llegado a ocultar un sondeo cuyas conclusiones no les gustaron (*).
O’Keefe dice que, además, tiene otras 100 horas más de grabaciones y ofrece una recompensa de 10.000 dólares a quien le suministre información sobre las manipulaciones de los medios de comunicación.
El periodista pretende promover “una nueva era para el periodismo” cuyo modelo sería WikiLeaks. En el Proyecto Veritas, creado en 2010, el periodismo deja de ser un “medio” para convertirse en el objeto mismo de la investigación, e incluso de la denuncia. O’Keefe pretende bajar del Olimpo a la prensa sacando a la luz del día sus manipulaciones.
Se trata de una toma de partido en la guerra que enfrenta a Trump con los grandes medios de Estados Unidos, de los que la CNN forma parte, a los que ha calificado como “enemigos de los americanos”. Para Trump sólo se salva la cadena Fox, una de las reaccionarias del mundo entero.
El periodista O’Keefe, al que Trump financió durante la campaña con 10.000 dólares, es conocido en Estados Unidos por grabar con cámara oculta para sorprender a los cargos públicos con afirmaciones que jamás dirían a micrófono abierto. Algunas de sus grabaciones han acabado con condenas en su contra en los tribunales.
El 15 de diciembre de 2015 grabó a Alan Schulkin, un compromisario del Partido Demócrata en los comicios de Nueva York. En una fiesta navideña, sin saber que le estaban grabando, reconoció el fraude electoral: “Hay un gran fraude, la gente desconoce que en ciertos vecindarios se lleva a la gente a votar en autobuses”.
Coincidiendo con la publicación de los dos vídeos virales, Twitter le censuró temporalmente su cuenta en la red social.