Conectamos ahora, cuando son las tres y pico, una hora menos en Canarias (se dice una hora antes porque, que sepamos, en Canarias no se viven 23 horas), con Finlandia porque queremos saber, y así lo demanda nuestra rabiosa, ggrrrr, audiencia, cuántos tornillos ha fabricado por hora durante ocho horas (en Canarias serían siete, allí la gente se muere una hora antes, gente educada) nuestro compatriota Pepe Domingo, adelante, te escuchamos, alégranos el día, sorpréndenos y tal y tal… ¡¡Cómorrrrr!! ¡500 tornillos por hora! ¡Increíble! ¡Más que Stajanov, ese jodido comunista bolchevique!! Eso es hacer patria y españolear enseñoreándose por esos mundos de dios y muy señor mío, ele, arsa, ojú, arte, viva la madre que nos parió y lo demás es envidia puñetera, digooo, mande, pa sel-vile, a sus pies, señora, Egpaña y yo semos asín, mamuasel.
Pero no se crean, amigos televidentes, que nos olvidamos de nuestras fermosas hembras trabajadoras españolas, no somos machistas en este canal, ni castizos, aunque, a fuer de sinceros, tienen los mejores culos y tetas del orbe equinoccial y espectral y latitudinario, sin mencionar, somos gente modesta, virtud que nos adorna, que cuando una española besa, besa de cojones, o sea, de verdad, mirusté, ele, ala, ole, etc.
A ver, sí, te recibo, con alguna dificultad, pero te recibo, cuéntanos, ¿cuántos ladrillos ha puesto al minuto la albañil Felisa Pérez? ¿300 dices? Im-presionante, dicho en dos palabras, otro récord, estamos que nos salimos. ¡Eso es trabajar y españolear y no tocarse el chomino, dicho sea con perdón, pero, entiéndannos, la emoción nos embarga, permita el televidente esta licencia grosera que, seguro, nos exonerará el exabrupto contagiado de estos desmayos y deliquios transverberantes y sinalagmáticos (ala, al disionario, furros).
Son ya las tres y veinte y conectamos con Moenchengladbach según se mira a la izquierda y donde al fondo hay sitio siempre que no empujes, cuidao conmigo, chaval, ¿sí?, queríamos saber cuántas veces ha utilizado el productor u operario (los obreros ya no existen) Pepe Coitao la llave Alen, que se dice, y, ya puestos, si ha echado (del verbo «echar», sin hache, tirar, arrojar) mano de la broca del diez o, haciendo alarde como cumple en un gallardo español, de la llave estrella o el «nivel», estamos intrigados, la verdad… ¡Cómorrrrrrrr, qué me dices, finstrorrrrrr?!!!! ¿Qué se ha vestido de luces, de torero, de diestro, y, enfundándose la roja (la camiseta que han hurtado al seleccionado chileno), ha prescindido de esos utensilios y aparejos, herramientas y utillaje, y lo ha hecho todo a pelo, que se dice, y a martillazo limpio y cabezazos? Olé, olé y otra vez olé, olé tus cojones y Viva Franco y Arriba España Una y no 51 y vivan los cuatro puntos cardinales de mi Gpaña, cagondiós y tal y tal. ¡Rusia es culpable! ¡Gibraltar español, cohone!
Y, después de este desahogo patriótico que es fácil entender con estas sofoquinas y este caloret que diría una que yo me sé, experta en puertas giratorias, pasamos a lo que verdaderamente interesa a la chusma y el vulgo: los depol-tes. Pero, seamos sinceros, amigos, ¿a quién carajo le importan las hazañas de nuestros viriles deportistas en la NBA, los Gasol y cía, Nadales, ya acabado, Alonsos, más acabado todavía, o San Ikeres Casillas? Nosotros estamos con la clase obrera, creo que se nota en esta crónica de este informativo. Así son las cosas y así las hemos contado.
Buenas tardes y hasta mañana si dios quiere, no corran en la carretera, no se mueran que, si no, a ver quién cojones va a ver la publicidad. Alakubala.