Una asociación tuareg se posciona a favor del nuevo gobierno de Mali

Las reivindicaciones de los grupos armados tuareg, como el Frente de Liberación de Azawad (FLA), están profundamente arraigadas en la historia del norte de Mali. Desde hace varias décadas, las poblaciones tuareg de Kidal, Gao y Tomboctú, han expresado su frustración por su marginación por parte del gobierno central.

Las tensiones a menudo desembocaron en rebeliones violentas que exigían mayor autonomía o independencia para la región de Azawad. El conflicto alcanzó su punto máximo en 2012, cuando grupos rebeldes se lanzaron a la lucha exigiendo la creación de un estado independiente. El levantamiento se vio rápidamente amplificado por la participación de grupos yihadistas, especialmente aquellos vinculados a Al Qaeda, lo que ha profundizado la crisis política de Mali.

El proceso de paz iniciado por el Acuerdo de 2015 estableció un marco para la reconciliación, pero las tensiones siguen siendo altas y las demandas de los grupos armados, como el FLA, siguen siendo un importante punto de fricción.

En este contexto, la asociación Tamouzok ha surgido como un actor clave en el apoyo a los esfuerzos de paz en el norte de Mali. La asociación que se presentada el domingo en Bamako, busca reforzar la confianza entre las diferentes partes en conflicto. Está formada por varios ministros y varios altos funcionarios de la administración maliense.

Se posiciona como mediador entre el gobierno de transición maliense y los grupos rebeldes. Su función se centra en fomentar el diálogo y la participación de las comunidades locales en los esfuerzos de paz. “El objetivo de la asociación es realmente crear este puente que nos permita encontrarnos, dialogar, trascender los muchos problemas que han debilitado el tejido social en nuestra comunidad en los últimos años, y contribuir evidentemente a la construcción de la paz en todo el territorio”, afirma un dirigente de la comunidad tuareg.

Tras el golpe de Estado de 2020 y la ofensiva militar lanzada por el nuevo gobierno, se recuperaron localidades estratégicas, incluida Kidal. Pero la recuperación, aunque importante, no garantiza una estabilidad duradera. De hecho, los grupos rebeldes, incluido el FLA, siguen resistiéndose a estas acciones militares. Kidal sigue siendo un importante foco de conflicto en las negociaciones de paz, sobre todo porque su control se considera una cuestión simbólica y estratégica para los tuaregs y el gobierno central.

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