Como en todo proceso histórico sus actores han ido desapareciendo por lo dilatado del mismo. Pasamos a explicarnos:
Lo que se llama Patagonia, es un extenso territorio de más de un millón y medio de kilómetros cuadrados que abarca porciones importantes tanto de Argentina como de Chile y sus respectivas plataformas submarinas y sus zonas económicas exclusivas donde habitan peces de gran importancia comercial aptos para el consumo humano. Se trata de una región de grandes riquezas minerales tales como petróleo, carbón, uranio, oro, plata, níquel, cobre, y sobre todo agua dulce en cantidad y calidad, y tierras fértiles aptas para la agricultura y la ganadería.
Todo esto ha sido y es atractivo para los intentos de apoderamiento de estas tierras, que llamaron la atención en diversas ocasiones.
Pasemos a la historia: Luego de la conquista española de América del Sur, y las guerras de independencia, esos territorios pasaron a la República Argentina y a la República de Chile.
La parte argentina va desde la Cordillera de los Andes hacia el Este hasta el Atlántico y su plataforma submarina. La parte chilena es al revés ya que va desde los Andes hacia el oeste hasta el Pacífico y su plataforma submarina.
Ya en el siglo XIX un abogado francés de nombre Orelie Antonie de Tonouns fletó un buque hacia la península de Valdés en la Patagonia con la intención, así lo dijo, de explorar esas tierras que estaban deshabitadas; pero en realidad su intención no era tal. Intentó coronarse emperador del reino de «Araucanía y Patagonia», para lo cual se puso en comunicación con diversas tribus de mapuches y pampas. Como vemos no estaban deshabitadas esas tierras.
En realidad, los gobiernos argentino y chileno no habían ocupado esos territorios hasta finales del siglo XIX. Hasta ese tiempo se lo consideraba «el desierto». Tanto es así, que el General argentino Julio Roca, jefe del ejército en esos tiempos inicia lo que se llamó la «campaña del desierto», y lleva una guerra de exterminio contra los indios pampas, que es la denominación que se les da a los mapuches en Argentina, y otro tanto ocurre en Chile donde los mapuches son despojados de sus tierras, son maltratados y perseguidos hasta la actualidad. Pero la soberanía sobre la Patagonia está realmente en manos de Argentina y Chile, al menos formalmente.
En esa misma época, nace en Pest, ciudad húngara el periodista y escritor judeo austríaco Teodoro Herzl, que comienza a pergeñar en sus escritos lo que constituiría el sionismo como ideología patriótica y de recuperación de un territorio para un futuro estado judío. Esa ideología es contemporánea con la de los jóvenes que fundan en Alemania la «Joven Alemania», que plantean como objetivo la unidad alemana en una gran patria. Ello desemboca en la acción de Otto Von Bismarck, canciller de Alemania, y germen del criminal nazismo. Otro tanto ocurre en Italia, donde los jóvenes universitarios e intelectuales forman la «Joven Italia», que luchan por la unidad italiana, y ponen a su frente a José Garibaldi, que fungía de socialista, pero que logra la unidad de Italia entregando el gobierno de la misma al Conde Cavour, aristócrata piamontés, que trae la monarquía de los Saboya. Tanto la «Joven Alemania» como la «Joven Italia», tenían un fundamento romántico, es decir que hablaban en nombre de elementos etéreos como la patria, el honor, la familia, es decir que son los elementos ideológicos del nazismo y el fascismo. Y Teodoro Herzl hace lo mismo en nombre de la «patria judía», la religión judía y las tradiciones. La diferencia entre ellos es que los primeros tenían un territorio, y Herzl no. El sionismo como toda doctrina romántica termina en el fascismo, que es lo que vemos hoy en Israel. Se preguntará el lector ¿que tiene que ver Herzl con la Patagonia? Mucho, ya que el fundador del sionismo tenía entre sus opciones para una patria judía, tres lugares en el mundo a saber: Judea, Uganda y la Patagonia.
Al día de hoy la situación en Medio Oriente es sumamente volátil, ya que la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel ha sumado tanto rechazo que augura un muy mal final para la existencia del propio estado judío. Si sumamos a ello la potencia militar de Irán, la de Turquía que se ha posicionado contra Israel en estos últimos días, aunque en forma oportunista, y la conversión de Hezbollah en un ejército con gran capacidad de combate, es posible que toda esa conjunción de circunstancias lleve a una cercana desaparición del propio estado sionista. Como corolario de todo ello y a modo de corona del mismo hay una percepción generalizada de que ha pasado el cuarto de hora de los USA, y un signo de ello es que el presidente palestino Mahmud Abbas se niega a recibir al vicepresidente USA Biden.
En el siglo XX hubo ya un intento por parte de grupos judíos de instalarse en Argentina con vistas a la formación de un estado en su territorio. En el 1905, un barón francés de apellido Hirsch, y de origen judío, crea una empresa de colonización llamada «Jewisch Colonization Association», con sede en Londres, cuyo objetivo era salvar de los pogromos zaristas a la mayor cantidad de judíos posibles, y para ello compra grandes cantidades de tierras en Argentina para fundar colonias de judíos rusos y de otras nacionalidades. Con esas tierras que estaban en las provincias argentinas de Buenos Aires y Entre Ríos, se crean pueblos como Carlos Casares, Rivera, Carhué en la primera, y Basavilbaso y Crespo en la segunda de ellas. Todo ello terminó cuando se creó el estado de Israel; pero esa idea alocada no quedó en el olvido para el sionismo, ya que en la provincia de Córdoba en Argentina en los años 60 del siglo XX, la Sociedad Hebráica Argentina, compró una inmensa parcela de diez mil hectáreas para crear un lugar de vacaciones para jóvenes de familias judías al cual llamó «Shalandia» y lo organizó como un pequeño estado.
Desde hace una década, un multimillonario inglés de origen judío, viene comprando millones de hectáreas en la Patagonia y sobre todo en Tierra del Fuego, donde se han construido ya cincuenta mil viviendas, y donde se invita a militares israelíes a pasar dos semanas de vacaciones gratis. ¿Quien paga esto y para qué lo paga? Ya en 1970, la marina argentina denunció públicamente que capitales israelíes habían desarrollado un plan que se llamó «Andinia» con la intención de colonizar con judíos esos lugares. Se dijo que era pura propaganda antisemita, pero la tierra fue comprada y las viviendas construidas.
Otro detalle: Como consecuencia de la guerra de las Malvinas de 1982, en el acta de rendición del ejército argentino se le impusieron pesadas obligaciones al estado argentino entre las cuales estaba la prohibición de navegar a buques de guerra argentinos sin previo aviso a la autoridad británica dentro de lo que se llamó la zona de influencia Malvinas, lo cual deja en la práctica en manos británicas (Y de la OTAN) todo lo referente a seguridad en el Atlántico sur. Como final de todo esto hay que destacar que el submarino ARA San Juan de bandera argentina hundido hace pocos días navegaba dentro de esa zona en «misión secreta» según la marina argentina, y que sufrió una explosión. ¿Chocó contra una mina a la deriva de la época de la guerra de las Malvinas en 1982? Es poco probable que después de 35 años una mina no se haya descompuesto. Se rumorea que el ARA San Juan fue hundido por un torpedo británico ya que la explosión es compatible con un impacto de artillería submarina.
Podrían estar los sionistas detrás del posible legítimo movimiento mapuche para poder apoderarse de esas tierras (Patagonia)
Al igual que hacen con el Kurdistán?