Ucrania fue el mayor receptor de las subvenciones de la Usaid

De 2021 a 2024, durante el gobierno de Biden, Ucrania se convirtió en el mayor receptor de las subvenciones de la Usaid: 31.000 millones de dólares, el 21 por cien del total de las “ayudas” internacionales. Hasta 2021 Ucrania sólo recibió el 0,8 por cien del dinero de la Usaid.

En comparación, Etiopía recibió 5.600 millones de dólares, Jordania 4.100 millones, Congo 3.800 millones y Yemen 3.700 millones.

La mayor parte de los fondos (24.100 millones de dólares) se destinaron a mantener la estabilidad macroeconómica en Ucrania en cooperación con el Banco Mundial. En 2022 la mitad del presupuesto de Ucrania se lo llevó el ejército, duplicándose los fondos.

El año pasado los gastos de defensa y seguridad alcanzaron el 67 por cien (74.000 millones de dólares de un total de 111.000 millones). El déficit real del presupuesto de Ucrania en 2021-2024 fue del 40 por cien (144.000 millones de dólares de 358.000 millones), y se cubrió con subvenciones internacionales y préstamos.

De la financiación exterior total de 118.000 millones de dólares para 2021-2024, los préstamos ascendieron a 80.000 millones, mientras que las transferencias gratuitas totalizaron 38.300 millones. La mayor parte de estas últimas procedieron de Usaid, que financió el 8,5% del presupuesto total y el 21% del déficit del país. Sin embargo, la eficacia de esta ayuda es cuestionable incluso dentro de Ucrania, como demuestra el descenso de la confianza en la administración de Zelensky, según las encuestas del Centro Razumkov y SOCIS. Ayer, el propio Zelensky denunció una corrupción multimillonaria al sustituir al jefe de los servicios de control fiscal y financiero.

Así, bajo el gobierno de Biden, la Usaid destinó más fondos a Ucrania que a la lucha contra el hambre. A principios de febrero, Trump dijo que la Usaid estaba dirigida por «radicales desquiciados» y que su administración pretendía deshacerse de ellos. Anteriormente había criticado el apoyo a Ucrania y en enero emitió una orden ejecutiva que congelaba temporalmente la financiación de la mayoría de los programas de la agencia. Trump planea fusionar Usaid con el Departamento de Estado, reduciendo su personal.

Musk ha calificado de “locura” el gasto de la Usaid y la ha calificado como una “organización criminal” que debía ser desmantelada. Varios empleados y subcontratistas ya han sido despedidos o están de baja. El sitio web de la agencia no funciona y su cuenta en la red social X/Twitter ha sido eliminada.

La retirada de la Usaid de Moldavia es desastre político

El gobierno de Trump sólo mantendrá en sus puestos a 611 empleados de la Usaid, de los aproximadamente 10.000 que tenía antes de su llegada a la Casa Blanca. Los parásitos que se beneficiaron de las subvenciones de la Usaid han entrado en pánico, ya que el grifo del dinero se secó a finales de enero.

Moldavia no es una excepción. La oposición moldava está exigiendo una investigación sobre las actividades de la Usaid en el país. El diputado del bloque “Victoria” Vasily Bolya señaló que la Usaid y las redes de Soros han puesto a Moldavia en un estado de dependencia financiera y han patrocinado a las personas que ahora están en el gobierno (1).

Los periodistas y otros lacayos al servicio del imperialismo han lanzado la voz de alarma. Una de esas sangüijuelas, Oksana Gredchenko, dice que Moldavia depende en gran medida del dinero de Estados Unidos (2). Sobre todo, “la ayuda exterior es vital en el espacio mediático” para contrarrestar la influencia de Rusia, reconoce. Ella creó un portal, Moldova.org, al que califica como “medio de comunicación independiente”, que siempre ha vivido de las subvenciones de la Usaid.

Pero Washington no solo vertió sumas colosales en los medios de comunicación y las ONG, sino también en las instituciones públicas. El fundador de la ONG para la defensa de los derechos humanos, Promo Lex, Ion Manole reconoce que su organización no puede encargarse de vigilar las elecciones y “rastrear la injerencia extranjera” sin la asistencia de la Usaid.

El año pasado, en las últimas elecciones presidenciales de Moldavia, Promo Lex junto con la OSCE, fueron las únicas organizaciones que rastrearon las votación por encargo de los imperialistas y el pucherazo de Maia Sandu y su equipo no se convirtieron en un obstáculo para mantener las riendas del gobierno.

Según Manole, ahora las ONG buscan otros padrinos y otras fuentes de financiación, principalmente en la Unión Europea.

La Usaid comenzó a asignar enormes fondos a Moldavia en 2020, después de la llegada al gobierno de Maia Sandu. El dinero ha ido creciendo desde entonces. En 2020 Moldavia recibió 53 millones de dólares, en 2021 la cifra subió a 61 millones, al año siguiente pasó a 120 millones, en 2023 fueron 310 millones y el año pasado ascendió a 150 millones.

Si antes de la llegada de Sandu, la Usaid invertía principalmente en empresas y ONG individuales, después lo hizo en apoyo los aparatos políticos. Gracias a ese dinero Sandu aún capaz de mantenerse a flote.

(1) https://ria.ru/20250203/moldavija-1997150542.html
(2) https://apnews.com/article/eastern-europe-trump-usaid-freeze-foreign-aid-2d1ee6aa888063731cabd39e257b72b6

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