El artículo, redactado por la periodista Louise Boyle, se titulaba ‘Estados Unidos tenía un proyecto para lanzar ataques químicos en Siria y arrojar la responsabilidad sobre el gobierno de Assad’.
Boyle había logrado hacerse con correos electrónicos pirateados a la Casa Blanca, pero entonces no habían desatado aún la paranoia rusa, y fueron los malayos quienes se los hicieron llegar al periódico.
Los correos correspondían a dos funcionarios del Pentágono que formaban parte de Britam. El plan de falso ataque había sido aprobado por la Casa Blanca, cuyo inquilino entonces era Obama, y sería financiado por Qatar.
El objetivo era el mismo que el cuento de las armas de destrucción masiva: iniciar una campaña contra el gobierno de Damasco para formar una ‘coalición internacional’ que atacara al país y lo destruyera, como en Irak o Libia.
No deja de ser curioso: un periódico publica un noticia que no tiene relación con la realidad sino con planes, que se pueden cumplir o no, pero cuando el 7 de abril los planes se cumplen, deja de ser noticia, o incluso la realidad es molesta y es mejor borrarla del disco duro.
La realidad no le interesa a la prensa imperialista. Es mejor hacerla desaparecer, no fuera que alguno lo pudiera malinterpretar. El problema es que internet no se puede borrar nada y la noticia reaparece. ¡Qué mala suerte!