Las tropas rusas reciben bonificaciones por cada tanques Leopard de fabricación alemana que consigan destruir, o por cada blindado suministrado por Estados Unidos a Ucrania, asegura la agencia Reuters.
Destruir un blindado enemigo da derecho al soldado ruso a una prima de 50.000 rublos (546,62 euros) y un tanque a 100.000 rublos.
Los pilotos y operadores de defensa aérea reciben 300.000 rublos por cada avión o helicóptero ucraniano destruido, y el Ministerio de Defensa ruso no ha descartado conceder medallas al mérito a los soldados con mejores resultados.
No sólo los de Wagner: todos los soldados rusos son cazarrecompensas. Trabajan por el beneficio y el Ministerio ruso de Defensa recompensa la productividad, como cabía esperar.
Es lo propio de un país capitalista que se precie. Se acabaron los discursos patrióticos, ideológicos o religiosos. Los mercados de Wall Street y de la City deberían alegrarse.
Por el contrario, los soldados ucranianos van a frente gratis y henchidos por el orgullo de luchar contra los invasores, liberar un territorio sagrado y bla, bla, bla, bla, bla…