Miguel Soto Reverté |
Es un valioso documento histórico, político y moderno que lleva al espectador a través de la solidaridad y la esperanza de una migración que plasmó una huella indeleble en Suiza.
A través de la figura emblemática de Miguel Soto Reverté, desvela las controversias sociales de su época, pasando por el mítico año del 68, junto a conflictos y formas de ver la diáspora española a Suiza, durante el franquismo, que marcó la vida de los emigrantes.
Miguel Soto descubre el exilio, la solidaridad entre los sindicalistas, la esperanza de una nueva democracia, los cambios vividos en el siglo XX, además del papel importante que tuvieron los suizos en este destierro.
Suiza es uno de los países con mayor proporción de población de origen español en su población. En 1970 los españoles representaban el 11 por ciento de la población extranjera, lo que la colocaba como segunda colonia extranjera en Suiza, aunque muy por debajo de la italiana. Entre 2011 y 2015 la emigración española constituía el 4 por ciento de la población total del país que los había acogido.
En 1968 abrió sus puertas el Ateneo Popular Español de Zuriche bajo el lema “prohibido prohibir”. Actualmente cuenta con una biblioteca de 6.000 volúmenes, formado desde sus inicios gracias a donaciones, para uso de sus propios miembros.
Durante años el Ateneo ha organizado encuentros literarios, viajes, conferencias, tardes de información, actividades como yoga, y una clase para aquellos a los que les gusta escribir, llamada nada menos que los “escribidores”.
Tampoco podía faltar la revolución de las mujeres, que como Mercedes Soto y, más tarde el grupo Marea Granate, luchan por las causas que las orillaron a salir de España. Todas ellas se han dado a la tarea de hacer presencia activa entre los grupos de trabajadores emigrados en Suiza.
Mercedes Soto fundó el “Movimiento Autónomo de Mujeres”, el MAM, que acogió a jóvenes españolas y latinoamericanas, que valientemente decidieron “quitarse el delantal de amas de casa a codazos”, dejar su aislamiento, y reunirse para dar su visión de lo que representaba para ellas y sus familias entrar en la sociedad que las había acogido.
Las mujeres necesitaban, apunta igualmente Javier Gutiérrez, “salir de su casa, de estar ocupadas siempre con los hijos, mientras el marido en la política o en el bar…, y deciden luchar y organizarse para romper con aquel machismo feroz y con todos los prejuicios de una sociedad bastante retrógrada”.