Hasta ahora París parecía estar bien posicionado, tras haber tratado directamente con Said Buteflika, desplazado a París antes del inicio de la campaña electoral para el cuarto mandato de su hermano, el presidente Abdelaziz. En el Elíseo, Said Buteflika aseguró que Argel favorecería a Areva para la construcción de su primera central nuclear. A cambio, El Elíseo garantizaría su apoyo al clan presidencial.
Pasan los meses, y Francia descubre con asombro que Argel ha reiniciado las negociaciones con Moscú para avanzar en ese ambicioso proyecto, cuyo presupuesto se cifra en muchos miles de millones de dólares.
Todo comienza el pasado 2 de marzo, cuando los portavoces se encuentran en el marco de la primera sesión del Comité conjunto ruso-argelino de coordinación y cooperación sobre usos pacíficos de la energía atómica.
Este Comité ha estado copresidido por Mahamed Derdur, del Comisariado de Energía Atómica argelino (COMENA) y el director del departamento de asuntos internacionales de Rosatom, la agencia rusa de energía atómica, Nicolai Drozdov. Al término de estas discusiones los rusos han conseguido un precioso logro de las negociaciones. Sergei Kirienko, director ejecutivo de Rosatom, ha confiado a sus acompañantes en Argel que el inicio de consultas sobre la construcción de una central nuclear en Argelia es una realidad.
Rusia por tanto gana puntos, adelantando a Francia en este asunto estratégico. Sin embargo, nada es definitivo aún, y AREVA no se declara vencida. Portavoces oficiales del Palacio de El-Muradia y del Elíseo tratarán próximamente sobre el tema, se ha sabido de fuentes fiables. Y todo indica que Francia aún dispone de muchos recursos para convencer a los Buteflika de llegar a un acuerdo. El tema continuará.