La noticia de que Rusia está preparándose para «invadir» Ucrania es ya apertura de casi todas las televisiones de la UE (y españolas por supuesto). Hemos hecho un recuento y Putin ha «invadido» Ucrania, al menos, una docena de veces desde 2014.
Foto: La relación entre Putin y el ex canciller alemán Schroeder simboliza el objetivo a batir por parte de la política exterior de la UE y los EEUU.
En una teatralización cada vez más delirante, el G7 advirtió a Rusia que podría aumentar sus sanciones en respuesta al “aumento de tropas” de Rusia en la frontera con Ucrania. Rusia los ignorará, obviamente, porque ningún Estado puede impedir que otros les digan dónde pueden estacionar sus tropas dentro de su propia frontera.
La sola idea de que Putin ordenaría una invasión de Ucrania es militarmente absurda. No hay nada que ganar estratégicamente o en términos de recursos, excepto 20 millones de personas muy pobres, unos cientos de miles de neonazis y una guerra con la OTAN. Incluso suponiendo que Rusia quisiera iniciar una guerra total con Ucrania, la idea de que lo hicieran en medio del invierno es totalmente una locura.
Sin embargo, los corresponsales del Grupo Prisa en Moscú, como María Sahuquillo, llevan semanas escribiendo y opinando sobre el «idealismo» del ejército ucraniano en su defensa «frente al régimen de Putin».
Es algo a lo que ya estamos más que acostumbrados; cualquier lector puede teclear en nuestro buscador la palabra «Ucrania» y podrá comprobarlo.
Teniendo en cuenta la presión que se ejerce sobre Alemania para sancionar el gasoducto Nordstream 2, lo más probable es que detrás de todo esto haya la pretensión de imponer sanciones a Rusia -lo que impediría adquirir productos o suministros de ese país y bloquearía una alianza táctica Rusia/Alemania-, aumentar los precios de la energía, obligar a la UE a comprar gas estadounidense y, en general, hacer sufrir a los pobres durante los meses fríos. Nada es casualidad.
no les he visto muy preocupados a los actores del No a al guerra