Aunque se le llame corto alcance, Iskander tiene un recorrido de 500 kilómetros, es decir, que es capaz de alcanzar casi cualquier punto de Oriente Medio, incluidos Arabia saudí y Turquía. Es prácticamente invulnerable, puede alcanzar un blanco en movimiento y cambiar de objetivo sobre la marcha.
Como bien recuerda DebkaFile, este misil puede trasladar cabezas nucleares a velocidades supersónicas, lo que convierte a la base de Hmeimim en el centro de misiles más sofisticado de Oriente Medio, dice DebkaFile. La señal de radio que controla sus movimientos está codificada de tal manera que ni los drones y los Awacs puede interceptarla.
Según los israelíes, Iskander se puede lanzar desde tierra, aviones o satélites espaciales. A su sistema de navegación no le afectan las condiciones meteorológicas adversas ni los sistemas anti-misiles.
Una pieza importante del rompecabezas de Oriente Medio se ha quebrado: Israel ya no tiene el monopolio nuclear en la región. Es cierto que Israel mantiene excelentes relaciones con Rusia. Pero no es capaz de influir en la política exterior de Rusia como influye en la estadounidense. Algo que se le ha escapado de las manos…
Cuando todos creían que los rusos se habían marchado… están más presentes que nunca. En la Guerra Fría aprendimos que las armas nucleares tienen un poderoso efecto disuasorio. Son armas silenciosas. No hace falta ni disparar para que el adversario te tome en consideración.
Es imposible juzgar mejor las bazas, con el añadido de que Putin -de nuevo- ya lo había advertido. En un discurso afirmó que esperaba que no fuera necesario emplear armas nucleares contra el Califato Islámico. Entonces se refería a los misiles Kalibr, que podía lanzar desde submarinos emplazados en el Mar Negro o en el Mediterráneo. Ahora los tiene en el mismo teatro de operaciones.