La Guerra de Ucrania y las sanciones occidentales impuestas a Rusia están tenido un impacto significativo en varios mercados internacionales, especialmente en el financiero. Rusia ha respondido contundentemente contra las empresas extranjeras que operan en su territorio en lo que no es más que una guerra económica.
Primero fue el banco JPMorgan y ahora un tribunal de San Petersburgo ha vuelto a tomar medidas drásticas contra tres importantes bancos occidentales. Deutsche Bank y Commerzbank, dos de los nombres más importantes de las finanzas alemanas, así como UniCredit, un actor importante en el sector bancario italiano, han visto congelados sus activos en Rusia.
Esta decisión afecta a sumas importantes: 238,6 millones de euros para el Deutsche Bank y 93,7 millones para el Commerzbank, mientras que UniCredit se enfrenta a una congelación de 462,7 millones de euros.
Las medidas se tomaron a raíz de una denuncia de la empresa rusa RusChemAlliance, cofundada por Gazprom. La empresa tenía previsto construir una planta de procesamiento y licuefacción de gas en Oust-Louga, proyecto al que estos bancos estaban vinculados financieramente. Sin embargo, la retirada del socio alemán Linde tras las sanciones occidentales provocó el fracaso del proyecto.
En respuesta, en el verano de 2023, RusChemAlliance llevó el caso al tribunal de arbitraje de San Petersburgo, exigiendo cientos de millones de euros en garantías bancarias. El impacto de las sanciones sobre la capacidad de los bancos para cumplir sus compromisos contractuales estaba en el centro de la demanda.
Ante las decisiones judiciales, UniCredit reaccionó rápidamente, afirmando estar analizando la situación. El banco, con una importante presencia en Rusia desde 2005, ya había considerado la posibilidad de vender su filial rusa en mayo de 2022, pero ahora estos planes han quedado comprometidos.
Las incautaciones ilustran la complejidad y las profundas implicaciones de la guerra ecnómica, tanto en la fragmentación del comercio internacional como en las finanzas.