El miércoles la cámara alta del Parlamento ruso aprobó el proyecto de ley de presupuestos 2025-2027, que prevé un aumento del 30 por cien del gasto militar el próximo año, en plena escalada con Occidente en torno a Ucrania.
El texto, previamente votado por una amplia mayoría de los diputados de la Duma (cámara baja), debe ser promulgado ahora por Putin, una medida que no deja lugar a dudas.
El presupuesto para el año que viene prevé que el gasto en Defensa alcanzará casi 13.500 millones de rublos en 2025, alrededor de 119.000 millones de euros al ritmo actual), o más del 6 por cien del PIB ruso.
En total, al menos el 40 por cien del presupuesto federal de 2025 se dedicará el próximo año a la defensa y la seguridad nacional.
El presupuesto militar ya se había disparado en un año en casi un 70 por cien en 2024, representando este año con inversiones en seguridad el 8,7 por cien del PIB según Putin, una novedad en Rusia desde la caída de la URSS hace más de 30 años.
Desde 2022 el Kremlin ha reorientado en gran medida su economía hacia la guerra, desarrollando a gran velocidad su complejo militar industrial, en particular contratando cientos de miles de nuevos trabajadores, una estrategia que ha hecho subir los salarios.
A pesar de la subida a finales de octubre del tipo de interés del Banco Central hasta el 21 por cien, la inflación se mantiene en torno al 8,5 por cien, el doble que el objetivo del 4 por cien.
El gasto militar no está dispuesto a disminuir en los próximos meses, ya que Putin firmó un decreto a mediados de septiembre ordenando un aumento de casi el 15 por cien en el número de soldados, elevándolo a 1,5 millones.