Hace pocos días escribí un artículo que fue publicado en esta blog sobre la situación de la empresa Vicentín en Argentina, y la decisión del gobierno argentino de intervenir la empresa y nacionalizarla. Esa empresa estaba en cesación de pagos, y existía la amenaza seria de acabar con al menos 1800 puestos de trabajo directos más varios miles de indirectos.
La medida del gobierno argentino lógicamente despertó la ira y la crítica de los sectores de la derecha.
Esto se inscribe dentro de una larga lucha del pueblo argentino por su soberanía alimentaria y en definitiva de su soberanía como pueblo libre e independiente, y nos trae el recuerdo del primer gobierno del General Perón, que ganó las elecciones de 1946, y con ello hizo entrar a Argentina en la senda de países soberanos.
Al terminar la guerra mundial de 1939/45, Argentina recibió una enorme cantidad de dinero por la venta de alimentos a una Europa ávida y hambrienta, que necesitaba imperiosamente alimentar a sus poblaciones. Ya en 1943 la industria argentina pasó a ocupar el primer lugar en detrimento de la producción agrícola, y con ello Argentina dejó de ser solo un productor de alimentos.
Perón muy influido por los movimientos nacionalistas que habían tenido lugar en Perú y en Bolivia y también en Paraguay, y se decidió trazar un plan quinquenal de desarrollo de la economía nacional, que significó una economía planificada, y para ello contó primero con un industrial de la provincia de Mendoza llamado Miguel Miranda, que ocupó la cartera de economía, y luego con la colaboración indispensable de José Ber Gelbard, un judío polaco, nacionalizado argentino, que ocupó el cargo de ministro de economía, y fue el fundador de la Confederación General Económica, una de las dos patas en que se apoyaba el sostén del gobierno de Perón.
La otra pata era la CGT, Confederación General del Trabajo, central obrera que aglutinaba todos los trabajadores, ya que la afiliación a la misma era obligatoria, y se sostenía con el aporte de un día de trabajo en su equivalente en dinero de todos los trabajadores a los cuales se les descontaba esa cantidad, que se gastaba en forma discrecional por la cúpula de la CGT, lo cual favorecía indirectamente la corrupción. El primer secretario general de la CGT, era un sindicalista de nombre José Espejo, de una lealtad casi perruna a Evita y a Perón.
José Gelbard, venía del partido comunista argentino, que era muy minoritario y que nunca gozó del apoyo de la clase obrera argentina a pesar de los cual se autodeclaraba vanguardia de la clase obrera.
Este hecho revela la falsedad del pretendido apoyo nazi a Perón. Lo ciarto es que Argentina carecía de técnicos y los trajo de donde pudo, y ello significó que técnicos alemanes e italianos nazis y fascistas se radicaran en Argentina. Pero esto duró poco ya que el gobierno de Perón creó escuelas técnicas y en pocos años tuvo los técnicos que necesitaba la industria nacional.
Hay que recordar que el General San Martín, trajo oficiales franceses bonapartistas porque carecía de oficiales criollos. ¿Significa esto que San Martín era bonapartista? Parece que no.
Pero la expropiación de Vicentín abre la puerta a otras nacionalizaciones, y a intentar crear una flota de cargueros propia. Argentina llegó a tener la décima flota mercante del mundo, y la reconstrucción de la flota implica trabajo para los astilleros argentinos que languidecen por falta de trabajo.
Se inicia un nuevo proceso de liberación, y ello implica navegar en aguas peligrosas. Todo pueblo que se libera deberá correr riesgos, y habrá que afrontarlos con decisión y movilización.