Su secretario general, Pablo Iglesias, vino a decir que no se sumará a esa lista que sostiene en el gobierno navarro a Uxue Barkos (de Geroa Bai, una especie de PNV a la navarra) porque el problema está en la presencia de Bildu a quien vetó de manera explícita. Tiene gracia que la caverna mediática se la pasa exhibiendo vídeos donde puede verse a Iglesias hablando en una «herriko taberna» (locales de la izquierda abertzale) para asociarlo al «terrorismo filoetarra» y vean que pronto «El Koletas» les deja sin munición para atacarlo visto el veto podemita a los bildurris. Les quitó un pretexto a base de renegar de supuestos ideales, de pasos atrás que, por otra parte, no van a satisfacer al insaciable búnker cavernario, que vive de esto, de fabricar supuestas disidencias obedeciendo las consignas del CNI español.
Existen muchas diferencias políticas, dice Iglesias, con Bildu ya que «ellos son independentistas y nosotros no». Y es que desde Madrid se piensa que una coalición con los abertzales independentistas podría restarles votos en el resto del Estado. Lo que viene a confirmar, al menos, dos cosas: el afán electorero de un partido -si lo es, que no esta claro esto- que antepone arañar un puñado de votos a los principios ideológicos -caso de tenerlos, que tampoco esta esto claro- y, en segundo lugar, el carácter catch all-Party o partido «atrapalotodo» en no importa qué caladero electoral ya que, «nosotros» -ellos- «no somos ni de izquierdas ni de derechas». Y conste que Podemos contribuyó a desalojar del poder a UPN y su presidenta la señora Barcina.
Algo que no hizo el PsoE navarro cuando tuvo ocasión de hacer lo mismo contando con el apoyo, entonces, de la Herri Batasuna de la época. No se hizo porque desde Madrid se ordenó que no se hiciera, y ¿por que?, pues porque, aunque no se adujo, obviamente, Navarra es una «cuestión de Estado», la españolísima Navarra, el Reino de Navarra opusdeano.
Ahora ocurre tres cuartos de lo mismo, sólo que con otros protagonistas. ¿Qué diferencia hay entre la postura del PsoE de entonces y la de Podemos ahora? Básicamente, ninguna. ¿Y qué les une? Esencialmente, la razón de Estado. Porque Podemos se ha coaligado con mareas gallegas, grupos valencianos y catalanes que no ocultan sus aspiraciones independentistas, no todos, pero, ay amigo, Navarra no se toca, es una cuestión de Estado con el País Vasco al fondo. Y encima hablan de renovar una semifusión con vistas al Senado, que no al Congreso, o sea, que se burlan y chotean…
He aquí, pues, otra situación política, otra piedra de toque, para demostrar Podemos que, en efecto, están por el cambio progresista, «nuevas políticas» y esas cosas, y ¿qué hacen? Cagarla.
Buenas tardes.