El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, está realizando un gira por Oriente Medio en la que también ha visitado Kuwait y Emiratos Árabes Unidos.
En Doha el canciller ruso se ha entrevistado con el jeque Tamim ben Hamad Al-Thani y su homólogo qatarí, Mohamed ben Abderrahmane Al-Thani. “Estamos decididos a reforzar los lazos comerciales y económicos”, afirmó Lavrov en una conferencia de prensa conjunta celebrada tras las reuniones.
Lavrov admitió que Moscú concede una gran importancia a la cooperación económica con Qatar, incluido el campo de la energía, donde constituyen el grupo cabecero.
El año pasado Qatar adquirió una participación clave en la empresa rusa de hidrocarburos Rosneft, de capital público, invirtiendo miles de millones de dólares.
El bloqueo económico de Arabia saudí y Emiratos Árabes Unidos se torna así contra sus patrocinadores, que han dado su enésimo paso en falso, conduciendo a una crisis entre los Estados del Golfo, que viven la peor de sus crisis desde que adquirieron la independencia.
En Oriente Medio no se formará una tercera vía; ni Qatar, ni Turquía, ni Egipto están en condiciones de implementar una política independiente o al margen del eje de la resistencia que encabeza Irán y cuyo caballo de batalla es Israel.
Ese es el significado último de las palabras de Lavrov: la solución de la crisis del Golfo pasa por la mediación de Kuwait y su conclusión impedirá la claudicación de los países árabes ante Israel, que es la postura que encabezan los saudíes.