El fin de semana pasado Praga y Sofía fueron escenario de sendas protestas contra las maniobras militares y la creciente injerencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el este de Europa.
En la capital de la República Checa, miles de personas se movilizaron el sábado contra la intervención extranjera en los asuntos internos de Ucrania. “Creo que deberíamos haber evitado que la situación se intensifique en Ucrania porque este conflicto no tiene ningún sentido en absoluto”, advirtió uno de los manifestantes.
Los asistentes calificaron como “criminal” a la OTAN por su historial belicista e imperialista y repudiaron su intervencionismo en Ucrania.
Entre los participantes se encontraban figuras destacadas del país, entre ellas el dirigente del Partido Comunista de Bohemia y Moravia, Vojtech Filip quien criticó a la OTAN de seguir sus “intereses atroces” bajo cualquier pretexto.
Por otra parte, Filip insistió en hallar una solución pacífica para poner fin a la crisis ucraniana y expresó su firme rechazo a cualquier solución militar en el suelo europeo. “Hay fuerzas que determinaron que la democracia puede ser impuesta por la fuerza”, afirmó el dirigente del Partido Comunista.
El domingo también tuvo lugar en Sofía, la capital de Bulgaria, una protesta contra el aumento de las operaciones militares de la OTAN en el este de Europa. Los manifestantes tomaron las calles de la ciudad para exigir a la organización armada que abandone Bulgaria, que se unió a la Alianza Atlántica en marzo de 2004.
Los manifestantes portaban pancartas, donde se leían “Las bases bárbaras americanas – abandonen Bulgaria” y “Detengan la matanza”.
“Desafortunadamente, Bulgaria en este momento está siendo gobernada por esta institución criminal (OTAN)”, declaró uno de los asistentes a la protesta, Yane Ivanov.
Las manifestaciones estallaron después de que cinco barcos de patrulla de la OTAN entraran al puerto de Varna, en el Mar Negro, como parte de un ejercicio de entrenamiento conjunto con Bulgaria, Turquía y Rumanía.
Los búlgaros también protestaron el pasado mes en Sofía para condenar el plan del Gobierno de instalar una base de mando militar de la OTAN dentro del país.
En febrero, los ministros de Defensa de la OTAN acordaron aumentar de 13.000 a 30.0000 soldados de reacción rápida de la fuerza. También anunciaron planes para establecer seis nuevos puestos de mando en Estonia, Letonia, Polonia, Rumanía y Bulgaria para estrechar el cerco impuesto contra Rusia.