Farhad Azima, agente de la CIA |
Entonces, ¿cómo es posible que no aparezcan ciudadanos de nacionalidad estadounidense en los “Papeles de Panamá”?
Son muchos los que se han hecho esta misma pregunta, entre ellos los periodistas de Fusión.net que han contactado con expertos en evasión fiscal para preguntarles por la ausencia de estadounidenses en los listados.
La respuestas son muy variadas.
El economista James Henry afirma a Fusión que “los norteamericanos usan ‘offshore’ todo el tiempo. Podría decirse que son los primeros usuarios. En la década del 70, hubo una financiera llamada Castle Blank & Trust Case en Bahamas que tenía a 200 personalidades estadounidenses que realizaban actividades de este tipo. Entre ellos había rockeros de la banda Creedence Clearwater Revival, dueños de la cadena de hoteles Hyatt y hasta la mafia de Cleveland”.
Según Don Semensky, antiguo jefe de la Oficina de Operaciones Financieras de la Agencia de Control de Drogas, es probable que aparezcan estadounidenses en las listas, pero con otros nombres y nacionalidades para cubrir de manera más efectiva sus actividades ilegales, incluso a través de empresas de distintos países.
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La profesora de la Universidad de Utah Shima Baradaran Baughman sostiene que en los estados de Estados Unidos, como Wyoming, Delaware y Nevada también se pueden formar empresas “fantasma” y que por tal motivo para los norteamericanos no es necesario ir a Panamá para esconder sus actividades ilícitas.
La profesora Baughman dice que es posible “formar empresas fantasma en casi cualquier país del mundo, esas transacciones se hacen fácilmente de manera online” y que lo demostró en una investigación que llevó a cabo.
“Cada año, década a década, descubrimos variaciones en el mismo tema”, afirma el economista James Henry, quien cuenta que “los norteamericanos utilizan los grandes bancos suizos desde hace cuatro años” con movimientos constantes de miles de millones de dólares.
No obstante, en los “papeles” sí aparecen algunas personas domiciliadas en Estados Unidos. Concretamente han identificado a 211 de los que Fusión.net da algunos nombres (*). Entre ellos no está Farhad Azima, quizá porque no es precisamente estadounidense sino más bien iraní. Se trata de un ejecutivo de una empresa de aviación que donó enormes cantidades de dinero tanto al Partido Demócrata como al Republicano durante los años 80 y 90.
Pero la información no procede exactamente de los “papeles” incautados sino de datos obtenidos por otros medios.
La explicación es la siguiente: una parte de las empresas ficticias creadas por los abogados panameños tenía como objetivo ayudar a los espías y colaboradores de la CIA a pagar asesinatos, traficar con armas, promover el terrorismo, golpes y todo tipo de actividades sucias de los imperialistas a lo largo del mundo.
Los nombres usados para estas empresas criminales son tan poco ingeniosos como Octopussy, Goldfinger, SkyFall, GoldenEye o Moonraker. Esa información nunca la van a divulgar o, al menos, van a tratar de que permanezca en secreto, o nunca la van a relacionar con las actividades terroristas de Estados Unidos y sus organismos de inteligencia, especialmente la CIA.
Así, por ejemplo, el estadounidense descubierto por los papeles, al que ya hemos mencionado, el iraní Farhad Azima, es agente de la CIA.
Pero no todos los espías de la CIA tienen esa nacionalidad. Otro de los que ha quedado con el culo al aire es Loftur Johannesson, conectado con, al menos, cuatro empresas “offshore” en las Islas Vírgenes Británicas y Panamá.
El jefe de la inteligencia de Arabia saudí, Sheikh Kamal Adham, al quien el Senado de Estados Unidos describió como “la principal conexión con Oriente Medio desde mediados de la década de 1960 hasta 1979” y que “controló empresas ‘offshore’ que más tarde se vieron envueltas en un escándalo bancario en Estados Unidos”.