Al-Batash tenía 35 años de edad y era originario de la Franja de Gaza. Fue tiroteado por dos motociclistas cuando se dirigía a una mezquita para la oración de la mañana.
Los motociclistas le dispararon más de 14 veces y se dieron a la fuga, asegura el jefe de la policía, Mazlan Lazim. Según imágenes registradas por cámaras de vigilancia, los dos agresores esperaron unos 20 minutos antes de que la víctima saliera de su casa. Lazim asegura: “Él era el blanco”.
La familia de la víctima y Hamas acusan al Mossad de estar detrás del asesinato de Al-Batash. “Culpamos al Mossad por el asesinato del investigador”, acusa Jaled Al-Batash, un miembro del movimiento palestino.
Hamas ha publicado un comunicado en el que destaca las “importantes contribuciones” de Fadi Mohamad Al-Batash a la ciencia y lo califica de miembro “leal” de la formación y de “mártir”.
El asesinato de científicos musulmanes es un modus operandi habitual del régimen sionista para evitar que los países árabes se desarrollen y alcancen nuevas tecnologías.
Al asesinato a finales de 2016 del ingeniero aeronáutico tunecino Mohamad Al-Zawahiri, con vínculos con Hamas, ya puso al Mossad en el foco de mira. El grupo palestino inmediatamente culpó a Israel del asesinato, aduciendo que el ingeniero asesinado supervisaba el programa de drones del grupo.
Israel también ha aplicado la táctica de los asesinatos selectivos contra Irán. El polémico libro titulado “Rise and Kill First” (“Levántate y mata primero”) acusa al régimen de Tel Aviv del asesinato de media docena de científicos nucleares de Irán.