Otro fracaso del imperio

Darío Herchhoren

El imperialismo norteamericano, es sin dudarlo el mayor peligro que se cierne sobre la humanidad, y está poniendo en peligro la propia existencia del género humano. Quien hoy manda en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump, es un personaje gris, bravucón y dotado especialmente para hacer buenos negocios para si mismo. Se trata de un multimillonario ignorante, que se ha rodeado de individuos como Elliot Abrams, consejero para Venezuela, John Bolton, asesor nacional de seguridad (¿o de inseguridad?), y Mike Pompeo, ex director de la CIA.

Lo mejor de cada casa, como reza el viejo dicho español.

Pero no es cuestión de echarle las culpas a Trump ni a Bolton, ni a ninguno de ellos en particular. Todos los gobiernos de los EEUU desde su independencia hasta la actualidad han practicado la misma política intervencionsita y expansionista, lo cual se revela en su exterior. Sus secretarios de estado, se han caracterizado por su torpeza; y por su falta de fineza en materia política. Pero ello es lo normal en un estado como EEUU, ya que su razón de ser es la aplicación de la fuerza como argumento final. Para ello, los EEUU han desarrollado una formidable máquina de guerra, que hasta hace muy poco era la mayor del mundo. Y esto es curiosamente su debilidad.

Y me explico: la creencia arrogante en su poder omnímodo les ha hecho imaginar que nadie en el mundo es capaz de oponerse a su inmenso poder, y han abandonado las funciones de estudio y calibración de sus prpios actos. Se comportan como si fueran dioses todopoderosos e inalcanzables. Y sabemos que cuando los hombres juegan a ser dios terminan no siendo ni hombres ni dios.

Estamos asistiendo a hechos muy graves, donde ha quedado en entredicho ese poder tan extraordinario. La guerra de Siria ha dejado al descubierto que el imperio no es invulnerable, que en Irak a pesar de su invasión y destrucción de ese país han perdido la iniciativa y ahora en Irán van a cometer el mismo error de mensuración.

El derribo de un dron de espionaje dentro de las aguas de Irán por la defensa de ese país revela algunas cosas: primero, que se trataba de un dron de los llamados invisibles, dotado de una tecnología punta para vuelos de reconocimiento; segundo, que la defensa antiaérea iraní ha desarrollado una tecnología tan avanzada que pudo detectar el vuelo de la nave enemiga a mucha distancia y luego derribarla.

Esto lleva de la mano a otra conclusión: la arrogancia y la estupidez producto de esa arrogancia ha llevado a los EEUU a menospreciar a los científicos iraníes y a sus técnicos como si fueran incapaces de diseñar, fabricar y operar tecnologías complejas. Esto cambia la situación estratégica en la zona y es un aviso a Israel y a Arabia Saudí, que se pensarán mucho antes de atacar a Irán. Si cabía alguna duda, ella ha desaparecido. El propio cow boy Trump ha reculado, aduciendo motivos humanitarios para no aparecer como un fanfarrón.

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