El jueves Trump y Putin charlaron por teléfono durante casi dos horas, aunque en sus declaraciones públicas el estadounidense se había mostrado poco conciliador el ruso. “También dedicamos mucho tiempo a hablar sobre el comercio entre Rusia y Estados Unidos una vez finalizada la guerra con Ucrania”, declaró Trump.
El Kremlin describió el intercambio como “extremadamente franco y de confianza”, seguido de otro entre diplomáticos de ambos países y, finalmente, el anuncio de una nueva cumbre en Budapest. “Hemos acordado una reunión de nuestros asesores principales la próxima semana”, declaró Trump. La delegación estadounidense estará encabezada por el secretario de Estado, Marco Rubio
La reunión podría tener lugar en dos semanas, según Trump, que calificó la Guerra de Ucrania como “ignominiosa”. Trump recibió ayer a Zelensky en la Casa Blanca para informarle de su conversación con Putin.
Trump y Putin se reunieron en Alaska el 15 de agosto y los repetidos ataques ucranianos posteriores han sido una provocación para acabar con cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo.
Los medios insisten en el bulo de que Ucrania va a pedir misiles Tomahawk para seguir atacando objetivos en el interior del territorio ruso. En realidad, lo que pretende es vender drones en forma de “acuerdo de cooperación militar”.
Ucrania también podría importar gas natural licuado estadounidense y ejercer de vendedor ambulante, ayudando a las empresas estadounidenses a exportarlo a Eslovaquia y Hungría a través de su infraestructura de oleoductos.
Por su parte, el senador John Thune habló el jueves con su colega Lindsey Graham para volver al fracasado asunto de las sanciones, esta vez en forma de proyecto de ley para imponer aranceles del 500 por cien a los países que compren petróleo o gas ruso.
El proyecto de ley cuenta con el apoyo de una mayoría de senadores, pero lleva meses esperando porque Trump no ha dado luz verde. El presidente estadounidense adelantó que India había acordado dejar de comprar petróleo ruso, pero el gobierno de Nueva Delhi declaró desconocer dicho acuerdo.
Trump no está dispuesto a acceder a las exigencias ucranianas
Los misiles de largo alcance Tomahawk serían el arma ideal para atacar a Rusia en profundidad. Pueden recorrer 2.000 kilómetros y alcanzar sus objetivos con cierta precisión. Los europeos podrían comprarlos para dárselos a Ucrania, siempre que Washington dé luz verde.
“Es una guerra tecnológica”, donde se necesitan “miles de drones” y Tomahawks, explicó ayer Zelensky. “Ucrania produce miles de drones, pero no tenemos Tomahawk, por eso los necesitamos”. Estados Unidos “puede tener miles de drones”, añadió. “Podemos trabajar juntos y fortalecer la producción estadounidense”.
El presidente ucraniano también anunció que se había reunido con empresas energéticas estadounidenses para tratar posibles acuerdos, como la importación de gas, “y están dispuestas a ayudarnos”.
También mantuvo reuniones con importantes grupos militares. “Hablamos de defensa aérea, y después quiero explicarle en detalle nuestra postura”, declaró Zelensky.
Trump respondió que estaría interesado en los drones ucranianos, pero inmediatamente restó importancia a este interés asegurando que Estados Unidos tenía “muchos drones”, ya fueran de fabricación local o adquiridos de otros países. “No hay nada como los aviones de combate”, continuó, elogiando los B52 estadounidenses.
Pero tambien reconoció que no quería provocar a Rusia equipando a Ucrania con misiles de largo alcance, al menos no de inmediato. “Es un arma muy poderosa, pero muy peligrosa; podría significar una escalada”, dijo. El presidente ruso lo dejó claro el jueves durante su conversación telefónica.
Después de todo, la nueva doctrina es “Estados Unidos primero” y no podemos “ceder lo que necesitamos para proteger a nuestro país”, continuó Trump.
Tras la reunión con Zelensky, el presidente estadounidense no mencionó los Tomahawks en el mensaje que publicó. Reconoció que ha acordado otra cumbre en Hungría con Putin dentro de dos semanas.
“No estamos hablando de la OTAN”, porque “son los aliados quienes deben decidir dónde estamos”, admitió Zelensky por su parte, mientras que Washington no quiere que Ucrania se una a la Alianza militar. “La OTAN es la mejor, pero las armas son importantes, tener aliados de nuestro lado es muy importante, y tener garantías de seguridad bilaterales entre el presidente Trump y yo es muy importante”, añadió el presidente ucraniano.
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