En 2011 Fukushima fue escenario de un desastre nuclear debido a un terremoto de magnitud 9.0 golpeó la costa noreste de Japón, provocando un tsunami que alcanzó alturas de hasta 40 metros en algunas áreas.
El tsunami inundó la planta nuclear de Fukushima Daiichi, lo que causó fallos en los sistemas de refrigeración de los reactores. Esto llevó a la fusión parcial de tres núcleos de reactores y la liberación de materiales radiactivos a la atmósfera. Como resultado, se ordenó la evacuación de miles de personas en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta.
El desastre tuvo consecuencias significativas para la salud pública y el medio ambiente, así como un impacto profundo en la política energética de Japón, entre otros países, llevando a una revisión de su dependencia de la energía nuclear.
La planta nuclear era propiedad de de Tokyo Electric Power Company (Tepco) y los accionistas interpusieron una demanda contra cuatro directivos. Los demandantes argumentaban que el desastre se habría podido evitar si hubieran tenido en cuenta las investigaciones geológicas y hubiera implementado medidas preventivas, como la instalación de una fuente de energía de emergencia a gran altura.
Por su parte, los demandados alegaron que los riesgos eran impredecibles y que los estudios citados no eran fiables.
En 2022 los directivos fueron condenados a pagar 84.000 millones de euros. Fue la mayor multa jamás impuesta en una demanda civil en Japón. En 2015, la petrolera británica BP fue condenado a pagar 18.800 millones de euros por el derrame de petróleo en el Golfo de México, en lo que se describió en su momento como la mayor multa jamás impuesta a una empresa en la historia de Estados Unidos.
Esta mañana un tribunal de apelación de Tokio ha anulado la multa. “No se puede considerar que los demandados tuvieran la oportunidad de prever este terremoto”, ha declaró el tribunal.
La multa impuesta a los ejecutivos de Tepco tenía como objetivo cubrir los costos del operador por el desmantelamiento de los reactores, la compensación a los residentes afectados y el proceso de descontaminación.
El tribunal de apelación sostiene que el tsunami no era un evento previsible.
Si bien el terremoto y, aún más importante, el tsunami causaron la muerte de 18.500 personas, el desastre nuclear no causó víctimas inmediatas. Sin embargo, fue indirectamente responsable de varios miles de muertes relacionadas, reconocidas por las autoridades japonesas como muertes debidas al deterioro de las condiciones de vida de las numerosas personas evacuadas de la región.
En marzo los tribunales japoneses confirmaron la absolución de dos exejecutivos de Tepco acusados de negligencia profesional durante el desastre de marzo de 2011.
La sentencia pone fin al único juicio penal derivado del accidente nuclear más grave del mundo desde Chernóbil, Ucrania, en abril de 1986.
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