El sábado se celebro una manifestación en Uagadugú, la capital de Burkina Faso, para protestar contra la presencia de Francia en el país africano y denunciar su complicidad con los yihadistas.
El Presidente Macron acaba de finalizar una gira por África para impedir la presencia creciente de Rusia en el Continente Negro, pero no ha recibido más que desplantes por parte de los dirigentes africanos, hartos del colonialismo.
La concentración tuvo lugar frente al monumento erigido en memoria de Thomas Sankara, el presidente progresista burkinés asesinado en 1987 en un golpe de Estado instigado por Blaise Compaoré, un sicario del colonialismo que cayó en 2014.
Compaoré ha sido condenado recientemente por un tribunal burkinés, junto con otros militares, por el asesinato de Sankara y se ha refugiado en Costa de Marfil.
Los manifestantes portaban pancartas en las que se podía leer: “Fuera Francia, patrocinadora del terrorismo”, “Todos juntos por la liberación de Burkina Faso”, “Fuera Francia imperial, tirana, sanguijuela” o “No a los acuerdos de cooperación con Francia”.
En Burkina Faso se ha creado una nueva coalición de fuerzas antimperialistas, M30 Naaba Wobgo, que lleva el nombre de un antiguo dirigente mossi que se opuso a Francia en el siglo XIX. “Denunciamos los acuerdos de asociación económica, la instalación de destacamentos y bases militares en el continente africano” y “exigimos la salida de la base militar de Kamboissin [al noroeste de Uagadugú], el fin del acuerdo de asistencia técnica y de los acuerdos de cooperación con Francia”, dijo Monique Yeli Kam, su presidenta, cuya foto aparece en la portada.
Francia “se aferra miserablemente a su antiguo imperio colonial africano, cuyos recursos saquea, explota a su antojo, enciende el terrorismo y alimenta guerras y genocidios”, añadió. “Somos una nueva generación y hemos tomado conciencia de nuestra historia y estamos decididos a responsabilizarnos de nosotros mismos y a ganar nuestra independencia con más libertad y verdad”, dijo Sayouba Kindo, miembro de la M30.
El movimiento ha convocado manifestaciones el 12 de agosto para exigir “el fin de la política francesa en todas sus formas y la salida del embajador francés”. Francia, antigua potencia colonial en Burkina Faso, tiene una base militar en Uagadugú y su fuerza aérea interviene regularmente desde el vecino Níger. Los antimperialistas africanos acusan a los franceses de promover a los grupos yihadistas.
Burkina Faso, donde los militares tomaron el poder en enero prometiendo hacer de la lucha contra el yihadismo su prioridad, se enfrenta, como varios países vecinos, al terror de los grupos afiliados a Al Qaeda y al Califato Islámico, que han matado a miles de personas y desplazado a unos dos millones de personas desde 2015.
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