Entre el 16 de agosto y el 15 de noviembre, fechas cubiertas por dicho informe, no ha habido más que 47 muertos, todos ellos civiles, y 131 heridos, destacando que la guerra ha disminuido su intensidad respecto a épocas anteriores.
Estas últimas víctimas han sido causadas por restos de explosivos de guerra y artefactos improvisados, aclara el informe.
No obstante, el Alto Comisariado asegura que la situación es muy inestable y que el flujo de combatientes y armas procedentes de Rusia continúa.
También continúan las violaciones de los derechos humanos, así como las torturas y la impunidad en el este de Ucrania, así como una situación humanitaria muy difícil para quienes habitan dicha región y los desplazados.
Aproximadamente, viven en el Donbas 2,9 millones de personas, que carecen de alojamiento, atención médica adecuada y servicios sociales.
La situación de la población podría agravarse con llegada del invierno, que dificulta el trabajo de las organizaciones humanitarias.