De los 23 heridos 9 se encontraban en estado grave.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, más de 68.000 obreros murieron o desaparecieron el año pasado en “accidente” laboral en China. Es la cara negra del formidable desarrollo económico capitalista en el país.
En los cuatro primeros meses de este año el número de “accidentes” ascendía a la astronómica cifra de 862.225.
No obstante, en los últimos años se ha reducido gradualmente la cifra de accidentes en torno a un 10 por ciento anual. El año pasado se aprobó una normativa que endurecía las sanciones contra las empresas que no respeten las medidas de seguridad en el trabajo, a las que se les pueden imponer multas millonarias.
A pesar de ello el gobierno ha reconocido oficialmente que la causa de los “accidentes” radica en “la negligencia de los inspectores de trabajo”, especialmente en la minería. Hay muchos talleres y empresas “negras” o ilegales, que trabajan con maquinaria anticuada e imponen largas jornadas de trabajo a sus trabajadores, con la subsiguiente fatiga. En muchos casas, la falta de formación para manejar los equipos de manera adecuada es patente.
Las leyes laborales son papel mojado. ¿Por qué no se aplican las normas que protegen a los trabajadores? Porque supone realizar inversiones adicionales, porque aumentan los costes de producción, porque se ralentiza el ritmo de trabajo…
Lo más barato es que los trabajadores se mueran en un “accidente”.