El domingo los suizos rechazaron por referéndum incorporar a la Constitución la obligación de respetar los “límites naturales del planeta”. Casi el 70 por cien de los votantes se opuso al proyecto, que consideraron restrictivo para la economía del país. En la votación, en la que participó el 38 por cien del censo electoral, el texto fue rechazado en los 26 cantones.
La iniciativa suscitó una fuerte oposición porque pretendía transformar la economía del país. Encabezada por el partido Jóvenes Verdes y apoyado por la izquierda domesticada, el proyecto proponía dirigir la política económica teniendo en cuenta los “límites del planeta”, para restringir el consumo de recursos naturales y la producción de contaminantes a proporciones consideradas “sostenibles para el medio ambiente”. El objetivo declarado era reducir drásticamente la huella ecológica del país en diez años.
El rechazo supone un nuevo revés para los ambientalistas suizos, tras el rechazo a otras medidas en el pasado. Llega unos meses después de que Suiza fuera condenada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por su inacción climática, una primicia mundial.
A pesar del resultado, el gobierno suizo quiso tranquilizar a la población sobre su compromiso medioambiental. El ministro de Medio Ambiente, Albert Rösti, recordó que “Suiza continúa sus esfuerzos en la lucha contra el calentamiento global” y que la votación no ponía en duda la participación del país en los Acuerdos de París.
En una rueda de prensa Rösti aclaró que “no es un rechazo a la protección del medio ambiente, sino un rechazo a una transformación total del modo de vida suizo”.
El resultado de la votación no ha sorprendido a nadie. Antes de la votación, los opositores al proyecto advirtieron de las consecuencias económicas de tal compromiso. La implementación de esta iniciativa habría provocado un fuerte aumento de los precios y una drástica reducción de la oferta en sectores clave como la alimentación, la vivienda y la movilidad.
Algunos cargos electos afirmaron que Suiza podría haber experimentado un grave declive económico comparable al de países como Madagascar.
Varios medios de comunicación suizos analizaron el resultado del referéndum como un rechazo a unas restricciones medioambientales percibidas como impuestas “por la fuerza”. El periódico en lengua alemana Tages Anzeiger destacó que la iniciativa habría requerido severos recortes en la economía. Otro periódico, La Liberté, consideró que “la población no está preparada para cuestionar tan radicalmente su modo de vida”.