“Yo tenía entonces 13 años y mi hermano sólo tenía dos. Primero llevaron a Hatice y luego a Seçil. Una día una familia de extranjeros vino a casa con una bolsa de comida donde había tortas de trigo, galletas y mantequilla, Aquel día se llevaron a Hatice. Mi madre no interfirió nunca en nada. Simplemente carecía de fuerzas para enfrentarse a un padre que vendía a sus hijos y que estaba sometido por el alcohol y las apuestas”.
Tras la emisión, Murat Karaman publica un artículo de investigación en el diario Sabah (*) confirmando que los soldados estadounidenses de la base aérea de Inçirlik compran niños de familias pobres para adoptarlos, rebautizarlos y convertirlos a su religión en Estados Unidos.
La periodista recoge numerosos testimonios, sobre todo de la región de Adana, donde radica la base militar. “Es cierto que los militares americanos compran niños turcos. Uno de mis conocidos, que murió recientemente, vendió a su hijo y su hija. Compran niños como cualquier otro producto de un supermercado”, dice Mahmud Açar, que vive en Inçirlik desde hace 40 años.
Un taxista de 65 años, Ali Aslan, que durante años trabajó en las cercanías de la base aérea afirma haber escuchado varias historias de compra de niños a familias turcas por militares de la OTAN.
“Hasta donde yo conozco, por regla general escogen a familias desfavorecidas para comprarles sus hijos. Los trabajadores turcos de la base les indicaban a los americanos dónde estaban las familias con graves problemas de dinero”, comenta el taxista.
(*) https://www.sabah.com.tr/yasam/2018/01/09/incirlikteki-abdliler-cok-cocuk-satin-aldi