El viernes el armador japonés Yutaka Katada, propietario del Kokuka Sangyo, dijo que la tripulación del buque vio objetos voladores poco antes del siniestro en el que el buque cisterna fue golpeado dos veces por estribor, es decir, por su lado derecho del navío.
Según el armador japonés, el barco no fue dañado por una mina, sino por proyectiles lanzados sobre la línea de flotación. En este último caso, podrían ser dos ametralladoras de un calibre al menos igual o superior a 30 milímetros.
Junto con la Liga Árabe, dirigida por Arabia Saudí, Washington ha acusado a Irán del ataque, a pesar de que no hay pruebas de ello, ni tampoco interés ninguno en atacar buques civiles fuera de toda legalidad internacional en uno de los estrechos estratégicos del mundo y a pocas millas de su costa.