En la declaración, el Observatorio denuncia a los jueces por practicar una “justicia” de dos velocidades que “fracasa cuando las víctimas son supuestamente musulmanas o se ha demostrado que son musulmanas”, mientras que, por el contrario, “cuando los autores son de fe musulmana, la respuesta es siempre inmediata”.
“El colmo se produjo cuando un fiscal envió una carta a la oficina del abogado de la CFCM [consejo regulador del culto musulmán en Francia] informándole de que la denuncia presentada contra un cargo electo de Compiègne, de fecha 3 de agosto de 2016, se había perdido, mientras que el fiscal había informado al abogado de la CFCM por carta de fecha 7 de marzo de 2017 de que la investigación estaba en curso. Este es un escándalo intolerable”, dice el observatorio.
Esta doble vara de medir sólo puede tener una consecuencia, la de “alimentar el sentimiento de revuelta entre los jóvenes, haciendo que algunos de ellos se sientan excluidos de la sociedad y convirtiéndose así en blanco de los islamofascistas”, advierte el observatorio.
La islamofobia a través de internet van en aumento. En el período comprendido entre el 1 de enero y el 31 de marzo el Observatorio registró 30 actos antimusulmanes contra 26 durante el pasado año, un aumento del 15 por ciento.
Las amenazas contra los musulmanes aumentaron considerablemente en el primer trimestre de 2018, durante el cual el Observatorio registró 19 casos, frente a 8 en el mismo período de 2017, lo que representa un aumento del 138 por ciento.
Por el contrario, el número de acciones antimusulmanas se redujo en un 39 por ciento: 11 en el primer trimestre de este año por 26 en el primer trimestre de 2017.
El número de violaciones de lugares de culto también se redujo en un 44 por ciento, con 10 casos en el primer trimestre del año, frente a 18 en el mismo período del año pasado, mientras que dos cementerios musulmanes se vieron afectados durante este período, el mismo número que en los tres primeros meses de 2018.
Para la organización, los actos antimusulmanes “son muy a menudo provocados o alentados por discursos de identidad o por políticos en declive y necesitados de reconocimiento mediático que han encontrado en el Islam y en los musulmanes de Francia, su nuevo chivo expiatorio”.