Los países del grupo Brics dominan los mercados de materias primas agrícolas y representan casi el 40 por cien de la producción mundial de leche y más de la mitad de los cereales estratégicos.
Esta presencia altera la balanza del comercio internacional, relegando el dominio histórico de los países occidentales en esos sectores.
La fuerza es particularmente notable en el sector del maíz, donde la producción de los Brics ha aumentado un 220 por cien en 30 años, en comparación con sólo el 70 por cien de los países de la OCDE. Brasil y Rusia, que tienen las mayores reservas de tierra del mundo, podrían acelerar aún más ese crecimiento, fortaleciendo así el peso del bloque en los mercados mundiales.
La alimentación es un sector económico estratégico y una prioridad para los Brics, como lo demuestra su primera declaración conjunta en Sudáfrica. Recientemente Putin propuso la creación de una bolsa de cereales utilizando las monedas de los países miembros, lo que indica un deseo de liberarse del dólar y crear un sistema de alternativo de pagos internacionales.
La iniciativa forma parte de una estrategia más amplia destinada a redefinir las reglas del comercio internacional establecidas en 1945. El creciente dominio de los Brics en el campo estratégico de la agricultura es una palanca importante, que les permite a esos países aflojar las presiones las potencias occidentales.
Ahora a los países occidentales les toca mover ficha para adaptarse al nuevo orden agrícola mundial, de lo contrario verán disminuir drásticamente su influencia en un sector que durante mucho tiempo han considerado como su dominio exclusivo.