El desbocado aumento de trabajadores muertos se debe al impacto de la crisis, los recortes y las reformas laborales en el sistema preventivo configurado por la publicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales hace ahora veinte años.
Los datos superan las expectativas más pesimistas y confirman la pérdida de control sobre la siniestralidad laboral.
El total de accidentes con baja aumenta un 8,4 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, el mismo porcentaje que lo hacen los “accidentes” en jornada de trabajo.
La industria es el sector que experimenta la mayor subida en lo que a accidentes mortales se refiere, hasta el 44,9 por ciento, seguido del sector servicios y el de la construcción, con un 12,4 por ciento y un 12,2 por ciento, respectivamente.
A su vez, en todos los sectores aumentan los accidentes en jornada laboral y es el de la construcción el que encabeza la lista con un 13,9 por ciento de accidentes mortales.
Asimismo, los índices de incidencia que recogen el número de accidentes por cada 100.000 trabajadores aumentan en similares términos. Hasta un 5,2 por ciento se incrementan los accidentes con baja y un 8,1 por ciento en el caso de los mortales. Por sectores, el de industria lo hace un 41,9 por ciento, el de los servicios un 8,6 por ciento y el de la construcción un 6,2 por ciento.
Cuando los incrementos de los accidentes de trabajo mortales están por encima de los dos dígitos debería haberse activado una alerta sanitaria y laboral en España.