El ministro saudí Mohamed ben-Salman |
Algunos están diciendo que no es saudí sino qatarí. Otros contextualizan la visita con las soprendentes declaraciones de Netanyahu el miércoles diciendo que las relaciones de Israel con “el mundo árabe” nunca habían sido tan buenas. ¿Qué entiende Netanyahu por “mundo árabe” y qué entiende por “relaciones” si oficialmente Riad no mantiene relaciones diplomáticas con Israel?, ¿se trata de relaciones oficiosas?
El lunes el ministro israelí de Comunicación, Ayoob Kara, confirmó que se trata de “una persona importante de un país del Golfo”. El viernes un oficial del ejército de Emiratos Árabes Unidos dijo de manera anónima que el “emir” era el principe heredero de la familia real saudí, al tiempo que ministro de Defensa, Mohammed ben Salman (1).
La reunión secreta, apunta Taylor Durden (2), se celebró al mismo tiempo que Israel bombardeó las posiciones del ejército sirio, una provocación para suscitar una reacción incontrolada por parte de Damasco y que la guerra no acabe nunca, bien porque haya que aplastar a los yihadistas, bien porque haya que hacer lo mismo con Israel, que trata de presionar a Estados Unidos intensificando la escalada bélica en Siria.
Cuando las potencias occidentales han reconocido la derrota abiertamente, hay dos actores regionales, según Durden, a los que la paz no les interesa, ni en Siria ni en Yemen. Tanto para los saudíes como para los isarelíes, el objetivo ya no sería tanto Siria como Irán, el gran padrino que dirige la situación en Oriente Medio.
Las crónicas que relatan la última visita de Netanyahu en Sotchi (en Rusia, junto al Mar Negro) hablan de la desesperación del dirigente sionista, que tuvo un verdadero ataque de histeria suplicando a Putin que sacara al ejército iraní de Siria. Israel ya tenía un serio problema con Hezbollah a las puertas y ahora tiene otro más. Netanyahu tenía motivos para llorar: si en 2006 no fue capaz de derrotar a los libaneses, ahora ni siquiera podría intentarlo. Hezbollah es un ejército muy curtido y cuenta con el pleno respaldo de Teherán.
Israel también ha perdido la Guerra de Siria. Estados Unidos ha firmado los acuerdos de Astana que respaldan -tácitamente precisa Durden- la presencia iraní en Siria. Rusia dirige la orquesta. La desesperación de Israel es normal y los planes para bombardear el Palacio Presidencial de Damasco y asesinar a Bashar Al-Assad son la mejor muestra de la misma.
Algo parecido cabe decir de la autocracia saudí, derrotada en Siria, derrotada en Yemen y enfrentada a sus antiguos socios de Qatar. Un cable publicado en 2015 por Wikileaks y redactado posiblemente en 2012 ponía al descubierto los peores augurios saudíes si la Guerra de Siria acababa en una victoria del gobierno de Al-Assad: pondría en peligro a Arabia saudí. Por eso los sátrapas del Golfo habían puesto toda la carne en el asador yihadista:
“En lo que concierne a la crisis siria, el Reino está resuelto en su postura y no hay marcha atrás. Conviene destacar que, en el caso de que el régimen sirio pudiera superar su crisis actual, de la forma que fuera, el principal objetivo que perseguirá será el de vengarse de los países aue se opusieron a él, estando el Reino y algunos países del Golfo a la cabeza de dicha lista. Si tenemos en cuenta la amplitud de la brutalidad y la crueldad de ese régimen y su falta de vacilación al recurrir a todos los medios para alcanzar sus objetivos, la situación se hará muy peligrosa para el Reino, que tiene que buscar por todos los medios disponibles y por todos los medios posibles derrocar el régimen actual de Siria”.
Un aspecto de la visita que los medios árabes no toman en consideración es el papel saudí en la cuestión palestina, que habrá que dejar para otro momento.
(1) http://www.middleeasteye.net/news/gulf-dignitarys-travel-israel-sparks-speculation-1376529209
(2) http://www.zerohedge.com/news/2017-09-11/breaking-news-saudi-crown-princes-secret-visit-israel-brings-embassy-scramble