“Sabemos lo que está en juego: la prohibición total del aborto en Polonia”, afirma en un folleto Huelga de Mujeres, una de las organizaciones que convocan la marcha en Varsovia. Otras protestas similares se llevarán a cabo en varias ciudades del país, como Cracovia, Lodz, Breslavia y Szczecin.
La semana pasada, más de un año después de la “protesta negra” de mujeres que hizo fracasar un proceso similar en Polonia, el parlamento, dominado por el partido reaccionario PiS (Ley y Justicia) envió a comisión un texto que suprime la posibilidad de interrumpir el embarazo en caso de malformación del feto.
Si la enmienda a la ley actual -fruto de un laborioso compromiso alcanzado en 1993- propuesta por el comité “Stop Aborto” se adopta, el aborto solo será autorizado en dos casos: riesgo para la vida o la salud de la madre y embarazo resultante de una violación o de un incesto.
Estos dos casos representan un pequeño porcentaje de los abortos legales, y es la malformación del feto la principal causa de las interrupciones de los embarazos en Polonia en 2016, con 1.046 operaciones, es decir el 96 por ciento de los casos, según Stop Aborto.
Un segundo proyecto, de iniciativa ciudadana, liberalizando el aborto, fue rechazada tras un intenso debate de varias horas.
Este texto, que reunió más de 400.000 firmas, preveía poder practicar el aborto hasta la 12 semana del embarazo por razones psicológicas y sociales, así como introducir la educación sexual en las escuelas y autorizar el acceso libre a la “píldora del día después”.
La abstención o la ausencia de unos 40 diputados de la oposición centrista y liberal en este último voto provocaron la indignación de los sectores favorables al derecho al aborto.
Este hecho también desencadenó una crisis en la oposición que, desde hace dos años, intenta buscar una respuesta adecuada a los controvertidos cambios introducidos por el PiS.
El texto enviado a comisión, que tiene que prohibir el “aborto eugenésico”, debido a la malformación fetal, fue firmado por 830.000 personas, según “Stop Aborto”.
El presidente Andrzej Duda, cercano a la Iglesia Católica, se comprometió en noviembre a promulgar la ley una vez adoptada, “para suprimir el derecho de matar a niños con síndrome de Down”.
La nueva propuesta de ley es menos restrictiva que la que provocó en 2016 masivas manifestaciones de mujeres vestidas de negro en varias ciudades de Polonia y que finalmente fue rechazada por el parlamento.
Este texto preveía penas de hasta cinco años de cárcel para los médicos y otras personas participantes en el aborto, incluido para las mismas pacientes, pero autorizaba al juez a renunciar a castigar a estas últimas.