Las relaciones entre la OTAN y Rusia siguen siendo tensas, con un clima de incertidumbre en Europa oriental. Por parte de la OTAN no hay ningún interés en relajar la situación. Todo lo contrario. Quiere estrechar filas y demostrar a Rusia que es capaz de actuar rápida y coordinadamente en cualquier situación.
Desde el lunes diez miembros de la Alianza participan en el ejercicio “Dacian Fall 2025”, desplegado en varias sedes de Rumanía y Bulgaria. El despliegue demuestra que la OTAN combina la preparación militar con la estrategia política.
Las maniobras involucran a más de 5.000 soldados y unos 1.200 vehículos, distribuidos en diferentes áreas para simular diversas situaciones operativas.
Entre los participantes se encuentran los miembros fundadores de la OTAN, Francia, Italia y Portugal, así como miembros más recientes como Macedonia del Norte. El ejercicio tiene como objetivo poner a prueba la coordinación entre los aliados y verificar la capacidad de las fuerzas para moverse con rapidez, proporcionando al mismo tiempo el apoyo logístico necesario para operaciones complejas.
Desde principios de este año, las provocaciones de la OTAN contra Rusia han aumentado considerablemente, con el pretexto de incursiones de drones y aeronaves rusas en el espacio aéreo de países miembros de la OTAN, como Polonia, Rumanía y Estonia.
El entrenamiento militar es un mensaje claro: la OTAN no va a reajar el cerco de Europa oriental en ningún momento. Los escenarios probados ayudan a identificar puntos débiles, afinar los intercambios entre unidades y garantizar que todos los miembros puedan actuar en armonía en caso de agresión.
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