Las grandes potencias se preparan para una guerra en el espacio exterior

Expertos de Australia, Canadá, Estados Unidos, Rusia y China, llevan a cabo un proyecto plurianual para regular el uso militar del espacio ultraterrestre, una especie de manual jurídico llamado MILAMOS que reduzca la posibilidad de una guerra en el espacio, o si ocurre, reducir el impacto en la infraestructura espacial.

En los países occidentales, entre un 6 y un 7 por ciento del PIB depende de la navegación por satélite y las señales de GPS para la navegación, la comunicación, la banca, la agricultura, los viajes y el propio internet.

Los satélites de comunicaciones se aplican no solo para televisión de transmisión directa, sino también para habilitar muchas redes terrestres. En áreas remotas del mundo son el único medio de comunicación.

En un futuro cercano, los satélites de comunicaciones podrían proporcionar a todo el mundo internet de banda ancha.

Los satélites ayudan a obtener pronósticos meteorológicos y mejorar la producción agrícola. También ayudan a planificar el alivio de desastres, encontrar y explotar recursos naturales, registran indicadores de medio ambiente y muchas otras aplicaciones.

También en el contexto militar, los satélites se han vuelto esenciales. En junio de este año, la secretaria de la Fuerza Aérea estadounidense, Heather Wilson, dijo que una futura guerra en el espacio es probable y que Estados Unidos está invirtiendo fuertemente en mantener su dominio militar en el espacio:

“Debemos esperar que la guerra, de cualquier tipo, se extienda al espacio en cualquier conflicto futuro, y tenemos que cambiar la forma en que pensamos y nos preparamos para esa eventualidad”.

En 1991 la Primera Guerra del Golfo se consideró como la primera guerra espacial, aunque en realidad no se luchó en el espacio exterior. Más bien, las fuerzas de la coalición y los Estados Unidos se basaron en gran medida en el GPS y otras tecnologías satelitales para dirigir esa guerra.

Desde entonces, los artefactos espaciales han permitido una capacidad aún mayor para las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas. Dado el uso dual de muchos satélites, un conflicto armado en el espacio podría ser catastrófico para la vida moderna.

El proyecto MILAMOS está dirigido por tres universidades: Adelaide en Australia, McGill en Canadá y Exeter en el Reino Unido. Esta financiado con dinero de los gobiernos de Australia y Canadá, así como de donantes privados.

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